 |  | cartas Consuelo pobre
 | Pienso que a los hermanos Marcelo y Rafael Bielsa los identifica una tremenda soberbia que los confunde, haciéndoles creer que por el solo hecho de haber tenido un ilustre abuelo, con mansión frente al parque de la Independencia y 30.000 volúmenes en su biblioteca, son los dueños absolutos de la verdad. El fútbol es simplemente un juego. Para muchos, entre los que me incluyo, el más bello de todos. Como tengo 70 años, comencé a disfrutarlo cuando los "directores técnicos" no existían o a lo sumo su incidencia era reducida. Con el tiempo, los interesados de siempre intentaron convencernos de su gravitante influencia. Me quedo con la definición de Alfredo Di Stéfano, uno de los más grandes de la historia futbolística: "El director técnico es sólo la doceava parte de un equipo". En otras palabras, lo asimila a un jugador más. Llevamos 2.000 videos y terminamos jugando con la táctica de un partido "solteros contra casados", desbordando por los laterales y tirando centros para lucimiento de los rivales. No podemos consolarnos pensando erróneamente que fuimos los mejores del grupo clasificatorio. Seamos sinceros y admitamos que con un DT trabajador y honesto, en tres partidos sólo conseguimos un solo gol y "a los empujones". En el otro hay evidente invasión de área de su autor, al momento de ejecutarse pésimamente un penal dudosamente sancionado. Néstor Gasparini, ingeniero civil
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