Silvia Carafa / La Capital
Rufino. - La provisión de gas en esta ciudad corre peligro si no se logra zanjar la diferencia entre el costo que pretenden cobrar los proveedores del combustible y el precio que el ente regulador le fijó a Litoral Gas, empresa encargada de la distribución y venta del producto. En medio del dilema está el bolsillo de los usuarios que hoy ya pagan 0,81 peso por metro cúbico del fluido. Rufino quedaría desabastecida este fin de semana, cuando se agoten las actuales provisiones, según advirtió el concejal justicialista Marcelo González. Lejos del gasoducto que termina en la ruta 8, los rufinenses deben pagar con esfuerzo la distancia geográfica. A pesar de los históricos intentos nunca obtuvieron respuesta para prolongar la red de gas hasta el denominado sur-sur santafesino. Hoy están en un dilema de hierro: tienen un parque industrial que crece, en medio de la crisis, pero no tienen combustible barato para ofrecer a eventuales interesados en radicarse. Pero ahora, además, la ciudad está sitiada por la coyuntura: los productores de gas licuado propano (GLP) piden 600 pesos la tonelada, contra los actuales 300 que el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargás) le fijó a Litoral Gas, que, además de Rufino, provee este servicio a las localidades de Wheelwright y Uranga. Como el incremento debería ser trasladado en forma completa a las tarifas, la situación fue calificada como de "grave problema" por la empresa prestataria y así fue expuesta ante la Secretaria de Energía de la Nación. En la nota enviada a esa dependencia oficial, Litoral Gas explica que aunque el Enargás fijó el precio del GLP en 300 pesos la tonelada para los proveedores del combustible, ese monto sería de 600 pesos a partir del mes de junio. "La situación planteada entre ambos costos es insostenible", concluye la empresa y atisba dos soluciones: el ente reconoce el precio requerido por los productores (Repsol y Total) o se implementa algún mecanismo que permita atenuar el impacto final de la tarifa en el cliente (subsidio). "Si no se logra un equilibrio está en peligro el normal aprovisionamiento del servicio", advirtió Litoral Gas. Pero el verdadero peligro de esa espada de Damocles está sobre los usuarios, quienes hoy pagan con creces ese combustible, en sus dos versiones: garrafas o distribución domiciliaria. La ciudad tiene su propia red que cubre un 80 por ciento de la zona urbana, pero no todos la utilizan. Quienes optan por gas envasado pagan 120 pesos por un cilindro de 45 kilos y 22 pesos por una garrafa de 10 kilogramos.
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