Las conclusiones de los estudios de especialistas de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNR echaron ayer por tierra todas las lucubraciones que rodean, con un manto de misterio, las causas y las formas en que ha muerto ganado vacuno y caballar en distintas provincias del país. El profesor Guillermo Ibargoyen, de la cátedra de patología, aseveró que "no las llamaría vacas mutiladas sino vacas podridas", y dijo que los huecos hallados en los vacunos se debe a los depredadores naturales que actúan una vez muertos esos grandes animales.
El veterinario, junto a Juan José Noste, de la cátedra de grandes animales de Veterinaria, dieron a conocer ayer los resultados de los análisis efectuados a dos novillos hallados en un campo de la localidad de Rueda, muertos la semana pasada.
Los especialistas concluyeron que iniciado el proceso de putrefacción, la carne tiende a separarse de los huesos, de allí que las zonas aparezcan limpias y sin rastros de elementos cortantes. Asimismo, destacaron que debido a que los predadores de Argentina son generalmente animales pequeños y no tienen una mordida muy potente, comen las partes blandas de los orificios de los animales muertos, es decir las mandíbulas, las ubres, los genitales.
En los casos en que han comido otras partes cubiertas por cuero que no pueden atravesar con sus dientes o picos, se ha dado porque la descomposición originó grietas o pequeños orificios, que son aprovechados para ingresar a las zonas blandas.
Los cortes extraños
Acerca de la particularidad de los cortes, que aparecen como hechos con instrumentos afilados o que cauterizan con calor, se debe a que el tejido necrosado tiende a secarse y adquirir apariencia de haber sido quemado. Una observación más detenida demostró que algunos de esos bordes muestran zonas serradas, es decir con pequeñas marcas de dientes.
Por otra parte, afirmaron que la ausencia de sangre en los huecos de los cuerpos se debe a que después de unas horas ese fluido tiende a sedimentarse. Algo similar ocurre con la rigidez cadavérica, que desaparece luego de unas horas.
Por otra parte, las bajas temperaturas que se manifiestan en esta época retrasan los procesos químicos y bacteriológicos, de allí la ausencia de olores nauseabundos provenientes de la putrefacción.
Para los veterinarios de la UNR, la serie de casos denunciados en distintas provincias del país han tomado relevancia por su asociación con fenómenos extraños o paranormales. Ibargoyen afirmó que los análisis y estudios realizados por el equipo de investigadores que integra coincide con los realizados por los especialistas del Instituto de Patología de La Plata demuestran que "algo tan sencillo como los cambios pos mórtem de los animales deben ser considerados como algo existente".
En ese marco, destacó que todos los casos denunciados muestran que las partes faltantes de los vacunos corresponden a las que están descubiertas, nunca las que están contra el suelo, lo que evidencia la existencia de depredadores pequeños.
Noste precisó que los análisis deben encararse "sin prejuicios y partir de lo simple a lo complejo, palpar por secciones y registrar si hay algo fuera de lo normal, no empezar al revés, pensando que hay cosas inexplicables". En ese sentido rechazó el término de "vacas mutiladas" porque la mutilación obedece a una acción realizada por los hombres con elementos específicos, cosa que, aseveró, no se da en estos casos.