Año CXXXV
 Nº 49.521
Rosario,
miércoles  26 de
junio de 2002
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Un directivo del BM dice que el acuerdo aún está muy lejos

El vicepresidente del Banco Mundial (BM) para Latinoamérica, David De Ferranti, señaló que las negociaciones entre la Argentina y el FMI registran pocos avances, por lo cual no se espera un acuerdo en el corto plazo. El mismo día en que el ministro de Economía, Roberto Lavagna, viajó a Washington para intentar ablandar a las autoridades del FMI, De Ferranti salió públicamente con una declaración poco optimista, que no hizo más que atizar el nerviosismo cambiario en el país.
"Los problemas en Argentina son muy profundos y hace falta mucho tiempo para encontrar una solución", dijo De Ferranti, quien advirtió que la última misión que el FMI envió al país "no alcanzó mucho progreso". El funcionario insistió: "Las cosas van lentas", y remarcó que "desearía que fuera posible decir que hay una solución que se concretará prontamente pero eso no es obvio todavía".
Los organismos internacionales siguen así planteando una "guerra de nervios" al gobierno de Eduardo Duhalde, que quiere llegar a un acuerdo crediticio (en rigor una postergación de deuda) a mediados de julio. De todos modos, el jefe del Estado ya admitió esta semana que las negociaciones podrían demorarse, y el ministro Lavagna aclaró que poco se puede esperar de su viaje a Washington.
Como si no fuera poca la mala fama de Lavagna entre los directivos del FMI, el ex presidente del Banco Central Mario Blejer ratificó ayer que su alejamiento se debió a que el Ministerio de Economía había avanzado sobre la autonomía de la entidad. De todos modos, Blejer tuvo algo de misericordia para con su rival y aseguró que el acuerdo con el Fondo se firmará pronto.
Pero en EEUU, por ahora, consideran suficiente el blindaje acordado con los vecinos de la Argentina, tal el caso de los 1.500 millones de dólares prestados a Uruguay y de los 10 mil millones de dólares a Brasil. Más aún, se niegan a hablar de efecto contagio y todas las declaraciones de los popes del mundo financiero y político internacional apuntaron a enfatizar que los problemas que afectan a Argentina, Brasil y Uruguay son casos individuales y no de epidemia colectiva.
El mismo De Ferranti aclaró ayer que, desde su punto de vista, la crisis de Brasil tiene sus propios orígenes. De paso, hizo un llamamiento a los candidatos a la presidencia de ese país para que presenten políticas financieras claras antes de las elecciones de octubre.


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