Luego de mucho tiempo, Eduardo Duhalde y Carlos Menem volvieron a estar cara a cara ayer. Fue en tierra riojana, durante la inauguración de una planta aceitera, y se trató de la primera vez desde que el bonaerense es presidente. A pesar de las expectativas, Duhalde le bajó los decibeles al encuentro (aunque ambos estuvieron varios minutos a solas) al asegurar que sólo hablaron de "la realidad regional y no de temas políticos".
En el cierre de su minigira por el noroeste, Duhalde hizo un llamado a la unidad nacional al pedir a la dirigencia política que "empujemos todos juntos" para defender a la Argentina mientras "se preparan para las próximas elecciones".
Con Menem "hemos departido sobre la realidad regional, no sobre el tema político, como imagina el periodismo", explicó en Aimogasta Duhalde tras un acto en el que compartió el mismo palco con su enconado adversario político y, además, un almuerzo junto a otras autoridades nacionales y provinciales.
Aunque el presidente aclaró que no habló con Menem de las internas del PJ, fuentes peronistas aseguraron que ambos se entrevistaron a solas durante varios minutos pero se negaron a precisar los temas que trataron.
En un encuentro en el que se mostraron con gesto adusto, nerviosos e incómodos, y apenas intercambiaron una frase de circunstancia al término del acto, Duhalde formuló una convocatoria a la unidad de los argentinos y deslizó párrafos que sonaron como un indirecto mensaje hacia su rival.
"Seguiremos trabajando fuerte, con criterio de unidad y convocando a todas las fuerzas políticas que se preparen para las próximas elecciones, pero mientras llegue -rogó-, empujemos todos juntos, porque encima de nuestra diferencia está lo que queremos, la República Argentina, nuestra patria, a la que todos le debemos y por la que tenemos que luchar".
Optimista pese a todo
El jefe del Estado, uno de los dos oradores del acto (el otro fue el gobernador riojano Angel Mazza), ratificó su optimismo sobre el futuro del país y criticó a quienes consideran que esa actitud "es un pecado imperdonable". También cuestionó duramente la "visión destructiva de la Argentina que tienen algunos políticos o algunos medios".
"Me han tocado épocas difíciles; tuve que reemplazar a un presidente que duró una semana (por Adolfo Rodríguez Saá), que en una semana declaró el default y después se dio cuenta de que la moneda de un país que no le paga al mundo empieza a perder valor, y estamos en un extraordinario problema que vamos a superar si empresas como éstas (en alusión a la que fue a inaugurar) empiezan a funcionar", justificó Duhalde su complicada gestión de gobierno.
En su breve discurso, prometió "poner en funcionamiento el crédito y el sistema bancario", de declaró optimista y pronosticó que "el pueblo argentino va a salir de la circunstancia que se encuentra si somos capaces, en unidad, de dar ejemplo al mundo". También envió un "mensaje a los pobres de la patria", a quienes les recordó que "se puso en marcha en momento muy difíciles el más grande programa histórico en la Argentina, el de Jefas y Jefes de Hogar".
Antes de abordar el avión, en la pista de Anillaco, rumbo a Buenos Aires, Duhalde volvió a descartar que sea candidato presidencial en el 2003, defendió las internas abiertas porque "aumentan las chances del sistema democrático para los que quieran participar" y llamó a los partidos a "prepararse" para los tiempos de elecciones, "que ya vendrán".
Además de Duhalde, Menem y Mazza, participaron del acto los gobernadores Juan Carlos Romero (Salta) y Eduardo Fellner (Jujuy); el ministro del Interior, Jorge Matzkin, el senador Eduardo Menem y el titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño.
La Ciudad
