| | Denuncian represalias a un preso por acusar a guardias de vender drogas Carlos Cartelli está detenido en la cárcel de Coronda. El Servicio Penitenciario rechazó las imputaciones
| Un hombre que se encuentra detenido en la cárcel de Coronda denunció que sufrió apremios ilegales y es víctima de medicación compulsiva por parte de personal penitenciario luego de denunciar a un guardia por venta de drogas dentro de la prisión. El director del Servicio Penitenciario rechazó esa acusación y sostuvo que responde a "una maniobra para generar un estado de opinión que obligue al traslado del preso a Rosario". Se trata de Carlos Norberto Cartelli, un rosarino de 29 años que tiene dos hijos de corta edad y está procesado por robo calificado y a disposición del Juzgado de Sentencia número 3. Sus familiares manifestaron que temen por su vida, ya que se encuentra alojado en una celda de castigo, perdieron contacto con él el 26 de abril y al parecer ha sido víctima de reiterados castigos. El director del Servicio Penitenciario, Arturo Gandolla, había autorizado a familiares de Cartelli para tener una breve entrevista con él en Coronda, el pasado jueves. Sin embargo, la guardia de Coronda impidió el encuentro, según denunciaron Nélida Gómez, madre del preso, y Marta Maders, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Gandolla dijo que “nadie fue a visitar a Cartelli el jueves". Sin embargo, los familiares precisaron que Juana de Paulazzo, abuela política del preso, se presentó a la visita en la mañana del jueves "y le dijeron que no estaba anotada". Por otra parte, Gandolla informó que "Cartelli fue revisado ese día por un médico, que lo encontró bien de salud, salvo la secuela de un corte que él se infligió". Nélida Gómez relató que su hijo fue conducido a Coronda hace un año y medio. "Los problemas para él comenzaron en febrero, cuando denunció a un guardia por venta de drogas. Dijo que este guardia, al que identificó, pide ropa y calzados de buena calidad para darles drogas a los presos", señaló la mujer, quien precisó que las denuncias ingresaron en los Juzgados de Instrucción de la 1ª y la 7ª Nominación de Rosario. A causa de esas denuncias, agregó Gómez, "tuvo una discusión con un alcaide y desde entonces lo tienen en un pozo sin agua y sin luz y medicado con Halopidol, lo que le produce convulsiones y pérdidas de conciencia". La defensa del preso presentó un hábeas corpus debido a los presuntos apremios -se habrían constatado golpes- y un pedido de acercamiento a la familia, lo que fue rechazado por el Juzgado de Sentencia número 3 en base a un informe del Servicio Penitenciario, donde se desaconsejó el traslado de Cartelli, sindicado como preso peligroso. "Cartelli tiene conducta y concepto pésimos y en el año lleva varias sanciones. Presenta desequilibrios mentales", dijo Gandolla, quien además aseguró que "al Servicio Penitenciario no le consta que haya denunciado tráfico de drogas". "Mi hijo está en riesgo de muerte. Dicen que es un preso peligroso. Pero qué peligro puede representar si lo tienen anulado por el Halopidol", dijo Nélida Gómez. "La mamá quiere que su hijo pague su culpa, pero no que lo estén reventando a palos. Y si es un enfermo psiquiátrico, que reciba la atención que requiere", señaló por su parte Marta Maders.
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