La Pampa (enviados especiales). - Los veterinarios del Senasa y especialistas de la Universidad Nacional de La Pampa han iniciado las investigaciones. En la mesa de la sala de anatomopatología donde se guardan las muestras y cadáveres para estudiar, hay cinco cabezas de vaca y restan llegar otras dos. El adjunto de la cátedra que la dirige, el veterinario Alberto Pariani, también secretario de Extensión de la facultad, está azorado. No sólo porque ni él ni nadie del equipo de científicos que integra pudo observar nada igual, sino porque ahora que las ven tampoco pueden formular hipótesis. "De un depredador no se trata porque habría carne, musculatura arrancada y restos en el área. No los hay. Las aves tampoco son. Pero hay que ir descartando", asegura Pariani. Del "análisis macroscópico (examen ocular) surge que hay cortes increíblemente netos" en varias zonas, que "podrían haber sido hechos por electrobisturí, por láser o por un bisturí común muy experto", dice. No hay derramamiento de sangre hacia fuera y, "lo que es rarísimo, el hueso hioides que sostiene a la laringe y la lengua está absolutamente limpio, sin la menor conexión muscular". Las otras mutilaciones repiten exactamente según el patrón observado por La Capital entre los animales que aún yacen en las chacras. De un día a otro se aguardan los resultados de los análisis histopatológicos encargados para analizar en profundidad los tejidos y esperan encontrar una vaca recién muerta para hacer estudios bacteriológicos. Por eso reciben cada denuncia. Y de ese dato surge otra cosa interesante: buena parte de los animales han sido mutilados después de muertos. Aunque muchos dueños afirman que fueron sacrificados durante la misma mutilación, todavía no está probado. Las autoridades están preocupadas. No son momentos para la desaparición de ganado. Tan es así, que también mandó un equipo la Autoridad Regulatoria de la Actividad Nuclear, pero el jueves pasado los técnicos ya estaban en condiciones de asegurar que no existía radiación superior a la normal en los lugares de los hallazgos. Sin embargo, el misterio sigue en pie. ¿Quién o qué mutiló a los animales, antes o después de muertos, siguiendo un patrón idéntico? Por ahora, nadie dice bingo. S.D.
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