A pesar de ser una auténtica potencia futbolística, tres veces campeona y otras tantas subcampeona del mundo, Alemania ya ha llegado más lejos en el Mundial de Corea/Japón de lo que la mayoría apostaba. Después de la bochornosa actuación en la última Eurocopa y de clasificar agónicamente al Mundial con una victoria sobre Ucrania, los alemanes dirigidos por Rudi Voeller están repitiendo el camino de México 86, cuando avanzaron hasta la final con un equipo gris y técnicamente limitado. Esta vez, al menos, Alemania cuenta con el goleador del torneo, Miroslav Klose, del Kaiserslautern, que lleva cinco tantos convertidos, los mismos que los brasileños Ronaldo y Rivaldo. Pero a lo largo del Mundial se hizo evidente que, a pesar de la fortaleza del equipo, la ausencia de una estrella que aporte chispazos de genialidad se deja sentir. La única excepción de renombre internacional sea el capitán y portero Oliver Kahn, salvador del equipo en varios choques. El principal activo alemán sigue siendo la fortaleza física y el juego compacto, que además de dar un espectáculo mediocre no siempre es efectivo. Voeller lo repite una y otra vez ("Todos sabemos que tenemos que jugar mejor"), pero el hecho es que así alcanzaron ya las semifinales, donde se medirán a Corea del Sur. En su camino hacia las semifinales Alemania venció Arabia Saudita 8 a 0, empató 1 a 1 con Irlanda y venció a Camerún 2 a 0. En octavos de final derrotó 1 a 0 a Paraguay y, en cuartos, se impuso a EEUU por 1 a 0. Esta es la décima quinta participación de Alemania en la historia de l as Copas del Mundo, logró tres títulos (1954, 1974 y 1990) y tres subcampeonatos (1966, 1982 y 1986). En Francia 98 fue eliminada por Croacia en cuartos de final. Su punto fuerte es la fortaleza física y mental, su juego compacto, el aval de la historia y su arquero Oliver Kahn. Pero, carece de figuras de primer nivel y muchos de sus jugadores carecen de habilidades.
| Jancker, Voeller y Asamoah se mostraron distendidos. | | Ampliar Foto | | |
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