En la medianoche de ayer Maximiliano Bajardo regresaba a su casa del barrio Parquefield en una moto y cuando llegó a un cruce de la zona norte atravesó la calle con el semáforo en rojo. Pero lo que parecía una infracción de tránsito derivó en un hecho casi trágico. Una patrulla del Comando Radioeléctrico comenzó a perseguirlo y uno de los agentes gatilló el arma reglamentaria y un balazo hirió al muchacho en el glúteo.
El suceso presenta aristas controversiales según quien lo cuenta. Para la policía el proyectil se disparó en forma accidental cuando el vehículo en el que se movilizaban los uniformados realizó una brusca maniobra. Pero el joven aseguró que los uniformados tiraron cuatro balazos y que salvó su vida de milagro.
Maximiliano tiene 31 años y estudia arquitectura. Cerca de la medianoche de ayer regresaba del centro de la ciudad en una moto Honda XR de 250 cc. hacia su casa de Bardas 2145 (Baigorria a la misma altura). Según contó su padre, Mario Bajardo, cuando el muchacho llegó a la esquina de bulevar Rondeau y Sorrento atravesó el cruce con el semáforo en rojo.
"Cuando vio a los policías mi hijo se asustó y siguió la marcha. Lo siguieron algunas cuadras y después le tiraron tres o cuatro tiros", explicó Bajardo.
Uno de los proyectiles alcanzó a Maximiliano. El muchacho sintió un tirón "en la nalga" y allí se percató de que estaba herido. El joven se quedó inmóvil sobre la Honda hasta que se desplomó al suelo. Cuando levantó la vista ya tenía una Itaka apuntada sobre la cabeza. "Maxi les preguntó (a los policías) por qué habían tirado y uno de ellos le respondió que no habían disparado y que seguramente lo había alcanzado el rebote de un proyectil", manifestó el padre.
El muchacho estuvo una hora en el suelo mientras los agentes no escuchaban sus pedidos de auxilio a los efectivos de los diez patrulleros que habían llegado al lugar. "Mi hijo les pedía que llamaran a una ambulancia pero ellos discutían que iban a hacer", se quejó Bajardo.
Entonces Maximiliano no tuvo otra alternativa que apelar a un recurso tan ingenioso como falso. Les dijo a los uniformados "que era el hijo de un juez". Al parecer los policías lo creyeron y enseguida fue trasladado en una ambulancia al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez.
La versión policial
La versión de la policía contradice a Bajardo. Dice que el muchacho no acató la voz de alto ni escuchó la sirena del móvil y continuó la marcha durante cinco o seis cuadras por la zona norte de la ciudad. Y que mientras escapaba se metió en una calle de contramano y cruzó tres arterias con semáforo en rojo. "Primero tomó por Sorrento, luego siguió por Burruchaga y José Hernández y mientras huía los policía vieron que se metía la mano en la cintura", explicó una fuente policial.
Entonces, uno de los uniformados, según el vocero consultado, decidió efectuar un disparo intimidatorio. El efectivo llevaba la pistola 9 milímetros fuera del auto cuando el efectivo que conducía el móvil debió sortear un badén y la brusca maniobra provocó que se disparara un balazo del arma policial.
El padre del muchacho aseguró que a su hijo le tiraron a mansalva. "Es un disparate que a Maxi le hayan disparado por cruzar un semáforo en rojo", aseguró.
Anoche el muchacho estaba internado en el Heca tras serle extraído el proyectil y su estado era estable. "El balazo ingresó en el glúteo y le reventó la vejiga. Se salvó de milagro porque el proyectil se alojó a un centímetro de la vena aorta", dijo el padre.