El consejo de ministros del exterior de la Unión Europea (UE) fracasó ayer en resolver diferencias fundamentales sobre una serie de propuestas españolas destinadas a frenar el flujo de inmigrantes ilegales a los países comunitarios. En una reunión preparatoria de la cumbre europea que se realizará el viernes y el sábado próximos en Sevilla, "los ministros no alcanzaron un acuerdo en el problema de la inmigración", dijo un diplomático. Finlandia, Bélgica y Luxemburgo se unieron a la oposición de Francia y Suecia al plan español, que proponía incluir nuevas fuertes medidas anti-inmigración en los acuerdos comerciales y de ayuda exterior de la UE. El jefe del gobierno español, José María Aznar, actual presidente de turno del consejo de ministros, ha insistido en que la cumbre de Sevilla declare la "guerra" a los inmigrantes ilegales y a los "simulantes" buscadores de asilo político. Asimismo propone castigar a los países que no colaboren con Europa en combatir la inmigración ilegal. Pero el tema deberá ser decidido en Sevilla. Los ministros del exterior debatieron una declaración de cinco páginas sobre un enfoque "preventivo" sobre el problema con terceros países exportadores de mano de obra. La propuesta española era incluir en todos los nuevos tratados de la Unión Europea con terceros países una cláusula especial sobre "administración común de los flujos migratorios". Si se ve inundada por inmigrantes de un país signatario, proponía España, la cláusula daría a la UE el derecho a suspender el acuerdo o tratado correspondiente. Igualmente controvertida fue otra propuesta española que permitiría a la UE suprimir su ayuda al desarrollo a países que no adopten una postura "cooperadora" a la hora de controlar la inmigración hacia Europa. Uniéndose a Suecia y Francia, también la Comisión Europea advirtió que tal propuesta "carece de sentido". Muchos de los países cuyos ciudadanos llegan a la UE como inmigrantes ilegales son estados en conflicto como Somalia, donde la comunidad europea provee sólo ayuda humanitaria, o como la India, donde la ayuda europea representa sólo el uno por ciento del presupuesto nacional, dijo en una declaración el comisario europeo para el Desarrollo, Poul Nielson. "Tenemos que enfocar los problemas de estos países en un espíritu de asociación cooperativa -insistió Nielson-. Si se quiere hacer que esos países sean lugares mejores para vivir y desalentar que la gente salga de allí, entonces hay que invertir en su desarrollo económico y social, no al revés". Nielson dijo que, por el contrario, el enfoque de la Unión Europea debería ser la negociación de "acuerdos de readmisión" con terceros países. El borrador de declaración de los ministros subrayaba la importancia de la firma por la UE de los llamados "acuerdos de readmisión", bajo los cuales terceros países serían obligados a readmitir a ciudadanos sorprendidos residiendo ilegalmente en Europa. La cláusula podría ser aplicada también a ciudadanos de otros países o apátridas que transiten a través del tercer país en cuestión. La UE ha firmado ya acuerdos de readmisión con Hong Kong y Sri Lanka, y hay negociaciones similares con Rusia, Marruecos y Pakistán. "Los acuerdos de readmisión respetan completamente los derechos humanos y las libertades fundamentales -declaró un diplomático europeo-. No modifican el compromiso de la UE de proteger al individuo que huye de la persecución en su país de origen". Sin embargo, varias organizaciones de derechos humanos han advertido que el enfoque de la UE en lo que respecta a los inmigrantes, los refugiados y los solicitantes de asilo está dando pábulo a la intolerancia y la xenofobia en todo el continente. (DPA)
| Sevilla se prepara para la reunión de países europeos. | | Ampliar Foto | | |
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