Año CXXXV
 Nº 49.513
Rosario,
martes  18 de
junio de 2002
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La Armada decide si ayuda a rescatar un barco atrapado en la Antártida
Para liberar a la nave alemán se utilizaría el rompehielos Arlmirante Irízar pero la operación es muy peligrosa

El rescate del barco Magdalena Oldendorff, aprisionado con 107 pasajeros y tripulantes desde el 30 de mayo por los hielos en la Antártica, se ha convertido en una dramática carrera contra el tiempo.
Luego que el barco sudafricano de aprovisionamiento Agulhas zarpara antenoche desde Ciudad del Cabo con dos helicópteros, la salida hacia las aguas antárticas del rompehielos Almirante Irízar de la Marina Argentina era aún incierta.
Para preparar al Almirante Irízar para una operación que se calificó de “compleja y de alto riesgo” se podría necesitar entre 15 y 20 días, anticiparon fuentes de la fuerza.
Según el Centro de Logística de la Antártica, en Ciudad del Cabo, que organiza la operación de rescate, se hallaba ayer interrumpido el contacto por radio con la nave.
El Agulhas, que zarpó ayer en su viaje de 1.840 millas marinas (3.400 kilómetros) es una nave de investigación científica y, si bien puede navegar en el hielo, no es un rompehielos y es por tanto dependiente de la ayuda de la nave argentina. El Almirante Irízar deberá abrir primero una brecha en el hielo para abrir camino al Magdalena Oldendorff.
Los helicópteros Oryx de la Fuerza Aérea sudafricana a bordo del Agulhas tienen un alcance de sólo 350 millas marinas (unos 650 kilómetros”, se indicó.
A bordo del Magdalena Oldendorff, que navega bajo bandera liberiana, se hallan 107 personas. A bordo se ha racionado la comida, para que las provisiones duren hasta comienzos de julio, y hay combustible para dos meses. El barco no está congelado, pero sí prisionero por un cinturón de hielo de 50 millas de ancho.
Los trabajos de rescate se ven dificultados por el hecho de que en el invierno antártico hay apenas cuatro horas de luz. Y en caso de no lograrse liberar la nave del hielo, deberá ser al menos abastecida con combustible y provisiones.
El Magdalena Oldendorff, cuyo armador tiene sede en el puerto alemán de Lubeck, fue alquilado por un instituto ruso de investigación antártica y salió el 12 de abril desde Ciudad del Cabo. Tras haber abastecido varias estaciones de investigación en el Océano Sudpolar con provisiones y equipos y haber recogido a 79 científicos desde la plataforma Novolazarevskaya, quedó encerrado regresaba.
En tanto, fuentes de la Armada indicaron que la empresa naviera alemana aún no ha hecho un requerimiento oficial y firme a la marina argentina respecto del tipo de asistencia que eventualmente requerirá. Las posibilidades son que solicite rescatar al buque atrapado, rescatar a la tripulación o reaprovisionar al Magdalena Oldendorff.
En las reuniones entre la Armada y la compañía naviera se evaluarán, entre otros aspectos, las condiciones climáticas. Según se indicó, que en la región de la Antártida donde quedó atrapado el buque hay vientos muy fuertes, se cuenta con muy poca luz y las temperaturas son muy bajas debido al invierno.
Se estima que la operación de rescate debería hacerse con helicópteros, pero habida cuenta de las crudas condiciones invernales, no será posible determinar hasta llegar al lugar si su empleo será posible, debido a las bajas temperaturas reinantes.
En tanto, se indicó que aún no hay riesgo para los tripulantes debido a que para este tipo de expediciones científicas a la Antártida se prevén excedentes de raciones de alimentos y de combustible, precisamente por el tipo de inconvenientes con los que pueden toparse en esas aguas y a esta altura del año. (DPA)



Desde Sudáfica partió un barco de aprovisionamiento.
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