Carlos Menem sufrió ayer en Estados Unidos un inesperado golpe bajo: fue escrachado ruidosamente en momentos que explicaba los logros de su gobierno en una conferencia que estaba dictando en una universidad neoyorquina. Cuando el ex presidente dijo ante el numeroso auditorio que Argentina era una "maravilla" cuando él la conducía y destacaba los logros de su "lucha contra la corrupción", fue interrumpido por un grupo de argentinos que, al ritmo de cacerolas, le gritaron "devolvé los millones que robaste", "mafioso" y "mentiroso".
Menem, quien sobrellevó el mal momento sin perder su compostura, después intentaría minimizar el episodio. Lo consideró de "incidente sin importancia", realizado por personas "honestas" pero mal informadas.
Aunque aseguró que la gira que lleva adelante en Estados Unidos no es parte de su campaña para intentar volver a la Casa Rosada, no escapa que sus importantes entrevistas con dos ex presidentes (George Bush y Bill Clinton), altas autoridades de la actual administración, tecnócratas y académicos tienen dos claras finalidades: convencerlos de que su gobierno no tuvo nada que ver con la actual crisis argentina y regresar al país con un aura de estadista con respaldo internacional.
Pero donde Menem menos esperaba un cacerolazo era justamente en Nueva York. Y ocurrió. Si bien el escrache fue organizado por residentes argentinos, muchos norteamericanos presentes en el anfiteatro McNally de la Universidad de Fordham, en pleno centro de Manhattan, se sumaron al abucheo e incluso a los insultos.
Además, una veintena personas lo esperaron afuera de la universidad con carteles extendidos que decían "Menem ladrón", "Lacayo del FMI" y "Vendepatria". Algunos de ellos se infiltraron en la conferencia con cacerolas o simplemente gritando "Los argentinos se mueren de hambre por su culpa".
Si bien el de ayer fue el primer repudio directo que recibió el ex presidente, su paso previo por la conservadora Washington fue un alerta sobre lo que le podría ocurrir en la Gran Manzana.
En la capital norteamericana dio una conferencia en el grupo de pensamiento conservador Diálogo Interamericano. Allí ofreció cifras sobre desocupación, pobreza, nivel de reservas y política monetaria para argumentar que él dejó el país en "perfectas condiciones", y que la responsabilidad del desastre es de la "incapacidad" de los políticos que lo sucedieron.
Pero no todos le creyeron. Uno de los presentes, funcionario del Departamento de Estado, se levantó y se retiró. Fue cuando Menem dijo que Argentina era una "maravilla" cuando él gobernó. Antes de irse, el funcionario (según relata la columnista de la agencia DPA María Isabel Rivero) comentó en voz baja a otro miembro del auditorio: "Yo no soporto más escuchar todo esto".
Bronca for export
La periodista argentina Carola Mandelbaum (corresponsal de radio América en Nueva York) destacó más tarde que el grupo que esperaba a Menem en la calle trató de agredirlo a la salida, lo que fue conjurado por la custodia del ex presidente.
Silvina Spirimpensen, una argentina que estudia en la Universidad de Fordham, contó luego a una emisora porteña que "algunos de los guardaespaldas" de Menem "quisieron prepear a uno de los chicos (que participaron del escrache), cuando, después de la conferencia, los periodistas estaban entrevistando a Cecilia Bolocco", quien acompaña a su esposo en la gira.
Menem había sido invitado por la Escuela de Política Económica Internacional de la mencionada universidad para que hable ante alumnos y profesores. Su discurso estuvo centrado en comentar los éxitos de su gobierno de diez años para contraponerlos con los "errores" de la actual administración. Pero su exposición quedó trunca cuando cinco caceroleros lo interrumpieron, tras lo cual comenzó a recibir insultos, incluso del público que lo escuchaba. Al mismo tiempo se distribuyeron volantes, en inglés y en español, con durísimas críticas a su gestión.
El riojano reaccionó con calma. "No se lo vio nervioso y se mantuvo sonriente", explicó Mandelbaum, quien además contó que uno de los oyentes le gritó "lier" (mentiroso), mientras otros le decían en español "ladrón" y "corrupto".
"Menem, como es su estilo, se mantuvo sonriente y por momentos hasta se reía", describió la mujer, y consideró que esa reacción avivó más los ánimos en su contra. "Cuando él decía que había combatido la corrupción, en el auditorio había gente que se reía a carcajadas", agregó la informante.
Por su parte, Spirimpensen relató que Menem recibió insultos tales como "caradura" y "ladrón", mientras que los estadounidenses le gritaron especialmente "cabrón".
Los momentos de más silbidos y abucheos fueron cuando el ex presidente dijo que "su gobierno había combatido la corrupción residual" con la privatización de las empresas del Estado y que "no hubo tráfico de armas". Cuando afirmó haber combatido la corrupción se oyeron no pocas carcajadas.
"Fue un hecho intrascendente al cual no le doy importancia", dijo sin embargo Menem a radio La Red. Pero en otro reportaje que concedió desde Nueva York a radio Continental, se explayó un poco más, y dijo que "después de mi conferencia, y cuando ya había respondido a preguntas, cuatro o cinco desaforados provocaron un pequeño incidente que no pasó a mayores y me retiré, y ahora estoy en el hotel esperando un almuerzo con grandes inversores en la Argentina".
También dijo que las personas que irrumpieron y que "empezaron a gritar y a provocar disturbios" fueron rechazados por otros asistentes al auditorio. Menem negó haber tenido inconvenientes para retirarse: "Nos retiramos por donde entramos, en forma normal", afirmó.
En su defensa, estimó que las personas que lo escracharon fueron engañadas pues consideró que "la difamación y la calumnia son monedas falsas que acuñan los delincuentes y hacen circular las personas honestas". Y remató: "Las personas que me atacan seguramente son honestas, pero recibieron monedas falsas".
Por su parte, Bolocco, quien participó de la conferencia junto al ex asesor Jorge Vázquez y la ex diputada Ana María Mussa, comentó: "Carlos es una persona con un temple de acero y con una fortaleza muy grande, y obviamente ésta no es una situación agradable para él, pero tampoco le afecta".
Después estuvo con Clinton
Luego del mal trago, Menem se entrevistó, a la tarde, con el ex presidente estadounidense Bill Clinton en las oficinas que éste posee en el barrio de Harlem. Según el portavoz del riojano, la reunión fue "muy cordial", y se acordó que si Clinton viaja a Córdoba, en agosto, por invitación de un empresario amigo, se encontrarán en la provincia argentina nuevamente.
Ambos ex mandatarios pasaron revista a la situación de América latina y Menem le agradeció el llamado telefónico que Clinton le hizo cuando estaba detenido en Buenos Aires a raíz por el caso de la venta de armas.
Menem estará en Nueva York hasta mañana y aún tiene en agenda una importante entrevista con el ex secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger.
A pesar de las dificultades que tuvo ayer, el ex presidente confesó que su visita a EEUU es un esfuerzo por mejorar la imagen que se tiene del país en el centro del poder: "Lamentablemente no se la ve muy bien (a la Argentina), y uno hace todos los esfuerzos posibles para despertar la fe, la esperanza y la confianza nuevamente en la Argentina".