Año CXXXV
 Nº 49.513
Rosario,
martes  18 de
junio de 2002
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Reflexiones
El escándalo Boasso

Raúl Eduardo Deangelillo (*)

Agravia el escándalo que se ha suscitado en el Concejo Municipal de la ciudad de Rosario en torno a la persona del concejal Jorge Boasso.
Resulta de toda evidencia la incompatibilidad moral que afecta a este concejal electo para el ejercicio del cargo, la que no resulta de ninguna interpretación caprichosa, sino de la clara disposición del artículo 25 de la ley 2.756 (ley orgánica de municipalidades), en consonancia con el cual actuó oportunamente el Concejo, de conformidad con lo dispuesto en su propio reglamento interno (art. 6).
No obstante, la pretensión de Boasso y la resistencia del cuerpo legislativo ha generado un grave conflicto que daña el funcionamiento y la imagen institucional del municipio, en claro perjuicio para los rosarinos.
Hiere al sentido común que el doctor Jorge Boasso, ejecutor fiscal de la Afip, pretenda forzar razones de sana lógica, y no admita lo que resulta una clara incompatibilidad ética, en particular porque el concejal aludido conoce perfectamente y por experiencia no ajena, la gravitación que potencialmente supone el ejercicio simultáneo de los cargos que pretende sostener, que por obvio no merece el menor comentario.
También resulta lamentable la decisión jurisdiccional que violenta el funcionamiento del Concejo, cuando la misma no resuelve el fondo de lo planteado. Sin embargo, tal decisión judicial debe acatarse sin demoras ni hesitaciones, y continuar en todo caso el reclamo por la misma vía.
No es tolerable en un sistema republicano que funcionarios públicos elegidos por el pueblo se nieguen al cumplimiento de un mandato judicial, subvirtiendo así el orden jurídico.
El Honorable Concejo Municipal puede interponer todos los recursos y apelaciones que la ley procesal le permite para revertir el decisorio judicial. Lo contrario supone un nuevo atentado a la seguridad jurídica, ya suficientemente bastardeada como para que sigamos dando la imagen de una república bananera, inmerecida calificación de los argentinos que creemos en el estado de derecho, y somos respetuosos de las leyes.
El Concejo Municipal debe acatar la resolución judicial provisoria y agotar todas las instancias judiciales.
En cuanto a la actitud del señor Jorge Boasso de insistir en la pretensión de ocupación de su banca, pese a la evidente y esencial incompatibilidad moral ó ética, solo cabe destacar que si le interesa ser concejal de la ciudad de Rosario y respetar así la voluntad del pueblo que lo eligió, lo único que tiene que hacer es renunciar a su cargo de ejecutor fiscal. Solo así quedará incuestionablemente habilitado. Es que es así como proceden los hombres de bien que honran a la política, y hacen de los valores, un culto.

(*) Titular del Movimiento de
Refundación Republicana


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