cartas

¿Qué futuro nos espera?

Hoy me pregunto ¿qué futuro tengo en mi propio país? No encontré ninguna respuesta, sólo veo ancianos desmayados queriendo cobrar su sueldo, cacerolazos, personas gritando para que le devuelvan su propio dinero que juntaron con tanto sacrificio, bancos cerrados, muertes de policías, personas muy bien vestidas que nos presentan a nuestro futuro asesino: la droga. Pero, sobre todo, niños llorando de hambre que darían cualquier cosa por tener en la mesa un plato de comida o un pedazo de pan. Sólo veo en mi país desempleo, miseria, escraches, incertidumbre, corrupción, injusticia, personas que nos roban todo, nos sacan las esperanzas y las ganas de seguir adelante. Pero hay alguien muy especial que conduce mi vida y me dice "seguí adelante, no te rindas, no bajés los brazos, que el sol brilla para todos". El me cuida, me da un plato de comida todos los días, me calma con su gran amor y hace mi vida un poquito más fácil y alegre. Esa persona es Dios. El me dio una misión y yo quiero hacerla realidad: luchar por la paz, por la vida, por un mundo mejor, sin perder mis ideales. Mas allá de mis miedos y de mi inseguridad, quiero darle mi respuesta, que estoy para hacer su voluntad y para decirle que mi amor estará presente con él hasta el final. Hoy todos nos encontramos viviendo en la oscuridad, nadie ve a Jesús, nadie ve la luz, sólo vemos sombras de muerte. El nunca nos decepcionará.
Mariela Villán