Silvia Carafa / La Capital
Villa Gobernador Gálvez. - A pesar de la crisis, o quizás como consecuencia de ella, el movimiento cultural de esta ciudad sigue creciendo: talleres para todos los gustos, cine gratuito para chicos los fines de semana y recreación para toda la familia en el Parque Regional Sur y el polideportivo. Las actividades son gratuitas y los materiales se compran en forma cooperativa por una cuota de dos pesos que afrontan quienes pueden. La base de las actividades está en la Casa de la Cultura y se completa con seis centros que funcionan en el Club Sportivo, los comedores de La Ribera, Triángulo, Casa del Niño, San Enrique y en el parque Regional Sur. En total hay 80 talleres; sólo en la sede se movilizan unas 2.500 personas por mes, cifra que trepa a cuatro mil si se suman los alumnos de los centros periféricos. Los talleres se ajustan a los barrios, como en La Ribera, donde a instancias de la gente se trabaja con subproductos de la pesca para la confección de artesanías. Allí cerca de 400 familias mejoraron su vida luego de que una serie de obras de infraestructura alejaron el fantasma de las inundaciones. A la cabeza de las preferencias se alinean las clases de yoga, danzas españolas y árabes, y tango, entre otras, además de repostería y cocina. Pero la oferta es variada: ajedrez, batería, canto y vocalización, cerámica, cestería china, confección de peluche de panamina, escultura, flores de raso y fotografía. También se dictan talleres de xilografía, italiano, portugués, locución, lenguaje de señas, saxofón, tarjetería y teatro. El objetivo de estos talleres, cuyos primeros gérmenes se remontan a 1991, va más allá de la capacitación y recreación, y apunta a integrar a la gente. Desde la Intendencia saben que no se puede hacer todo lo que quisieran, pero insisten en hacer "todo lo posible". Por ejemplo, se sostiene a los docentes de los talleres, mientras que los alumnos hallaron una vuelta solidaria para contar con materiales básicos: pagan dos pesos y los comparten. La Casa de la Cultura está en la esquina de Laprida y Eva Perón. El nombre de la calle se afirma en una fotografía que no pasa inadvertida en su hall de entrada. Tomada el 29 de mayo de 1950, muestra a una Evita de traje y peinado sencillo, de gesto espontáneo, presidiendo la inauguración del edificio, que perteneció al gremio ferroviario. Al costado de la foto, y enmarcada, está la crónica con la que La Capital registró el hecho. Los talleres funcionan de 8 a 22 para que todos puedan participar. Pero además de estas actividades se dictan cursos de más nivel como una licenciatura para docentes.
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