El seleccionado de los Estados Unidos se convirtió ayer en otro de los sorpresivos habitantes de los cuartos de final de la Copa del Mundo, al superar por 2 a 0 a México, en partido correspondiente a octavos de final que se jugó en el estadio Jeonju. Con un esquema simple en el que prevaleció el contraataque, los dirigidos por Bruce Arena se impusieron con los goles marcados por Brian McBride y Landon Donovan. De esta manera, el combinado norteamericano se clasificó para cuartos de final, instancia en la que enfrentará a la siempre candidata Alemania, este viernes, en Ulsán. Por su parte, México -que había exhibido un buen nivel en la etapa preliminar, al ganar el grupo G- abandonó otra vez una Copa del Mundo en octavos, tal como había ocurrido en Francia 98, cuando Alemania lo dejó al margen al ganarle por 2 a 1. De entrada los norteamericanos dejaron entrever su planteo de espera y contraataque, regalándole la iniciativa al adversario. Y entonces México, avalado por sus anteriores producciones, aceptó el desafío de convertirse en protagonista central del encuentro. Sin embargo, a los dirigidos por Javier Aguirre les faltó inteligencia y precisión como para desbordar a una sobria defensa norteamericana y además ante el adelantamiento de sus hombres se expusieron continuamente a las réplicas. En una de ellas, cuando poco había transcurrido, Claudio Reyna metió un centro que Donovan capturó y cedió atrás para la llegada al gol de McBride. Iban ocho minutos y Estados Unidos ya estaba en ventaja. El técnico mexicano, al ver que su equipo no mejoraba, decidió apostar por el delantero Luis Hernández, pero el ingreso del ex Boca Juniors poco solucionó. Recién en el segundo período, México se acercó un poco más seguido a los dominios de un seguro Brad Friedel. Y cuando el guardavallas no resolvió con criterio, el árbitro portugués Vitor Melo Pereira tendió una mano como ocurrió a los 10', cuando no sancionó un claro penal de John O'Brien, quien rechazó con un puñetazo un centro. El masivo adelantamiento de los mexicanos abrió más espacios para el contraataque y los norteamericanos supieron aprovechar los regalos. Entonces, a los 20', una nueva corrida por izquierda, un desborde y la cabeza de Donovan que apareció por detrás de todos y puso el lapidario 2 a 0. De allí hasta el final, para México fue tiempo de impotencia, de saber que el partido se iba y la clasificación a cuartos se le escurría de las manos. Ganó Estados Unidos y el viernes enfrentará a Alemania. Perdió México y como tantos otros en este Mundial se tiene que marchar con las manos vacías, a pesar de saber en la intimidad que no fue menos que su ocasional rival. (Télam-SNI)
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