Carlos Walter Barbarich / La Capital
Venado Tuerto.- Un insólito hecho se registró en una entidad bancaria de esta ciudad cuando el titular de una caja de seguridad observó que el dinero que había depositado ya no se encontraba. La suma asciende a 370 mil dólares y 70 mil pesos según el denunciante, algo que en moneda nacional significa alrededor de un millón y medio de pesos. En principio la causa, a cargo del juez Hugo Perassi, estaría caratulada como hurto calificado. El damnificado, Joaquín Nazábal, es el titular de la caja de seguridad número 62 de la sucursal local del Banco Suquía. Según se informó, había otorgado un poder a su padre, Oscar Rubén Nazábal, para que también pudiera utilizar ese depósito. En la denuncia se dice que "en la operatoria normal, la entidad bancaria les da dos llaves para poder abrir la caja a los titulares de la misma". Además se aclara que el banco posee una llave maestra mediante la cual se puede abrir la caja de seguridad. El 14 de mayo pasado fue la última vez que Oscar Nazábal pudo abrir la caja de seguridad ya que tres días después quiso hacer lo propio pero la llave estaba trabada. "La circunstancia es totalmente extraña ya que el tesorero del banco, Carlos Mestre, manifestó que el cerrajero estaba en la provincia del Chaco y luego dijo que la llave tenía que llegar desde Rosario", señaló el denunciante. Días más tarde, el 20 y 21 de mayo, el banco Suquía se encontró cerrado por disposición del Banco Central ya que fue absorbido por el Banco de la Nación Argentina. "El 23 de mayo mi padre concurre al banco para abrir la caja de seguridad y el tesorero Carlos Mestre utilizó una llave maestra para poder abrir la caja y se encontró con la sorpresa de que la misma estaba completamente vacía", dijo Joaquín en la denuncia ante fiscalía. Para los damnificados no hay dudas sobre el monto que se hallaba dentro de la caja y ponen como testigo al tesorero (Mestre) por ser el que acompañaba al propio titular de la caja a contar el dinero que existía. Oscar Nazábal posee una discapacidad motriz, por lo que era ayudado por el tesorero de la entidad bancaria. Con ese panorama y ante la mirada atónita de Mestre, Nazábal comenzó a increpar duramente a la única persona que lo acompañaba hasta la caja. La actitud del empleado bancario -según la denuncia- fue mirarlo evasivamente y retirarse lentamente del lugar. Nazábal formuló luego la denuncia ante el gerente del banco, quien labró un acta y dispuso precintar los videocasetes de seguridad quedando los mismos en la entidad bancaria. Los próximos días el juez Perassi ordenará la entrega de los videocasetes para observar si hubo alguna maniobra extraña durante los días en que presuntamente desapareció el dinero. Al mismo tiempo en el transcurso de la semana Perassi le tomará declaración a por lo menos tres empleados del banco: el gerente, el tesorero y otro empleado más. No obstante algunas fuentes tribunalicias sostienen que la causa de la sustracción será difícil de probar sobre todo si se tiene en cuenta que probablemente el dinero pudo haber desaparecido durante los días que el banco permaneció cerrado (a mediados de mayo) y por ende, las cámaras de seguridad pudieron estar apagadas. Otro de los puntos extraños -para la fuente- es que se demoró demasiado en hacer la denuncia "sobre todo tratándose de una cantidad impresionante de dinero como la que presuntamente desapareció".
| Habría ocurrido durante la suspensión de la entidad. (Foto: S. Suárez Meccia) | | Ampliar Foto | | |
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