Con la premisa de "refundar al radicalismo sobre la base de la transparencia", unos 250 afiliados al centenario partido participaron ayer de una asamblea en el comité departamental de la UCR. Fue el primer paso de una autoconvocatoria avalada por más de 500 firmas, que -además- pretende esclarecer las responsabilidades de los dirigentes que "con sus acciones y omisiones llevaron en los últimos años al vaciamiento ideológico del radicalismo y a su descrédito ante la opinión pública".
La única condición para participar de la reunión fue que ningún afiliado haya tenido cargos políticos o responsabilidades de conducción "actualmente o en los años de decadencia partidaria". La mesa provisoria, elegida entre los presentes, que coordinó la asamblea aclaró que si en el lugar había dirigentes se tenían que retirar hasta que -más adelante- sean invitados por los afiliados. No había ninguno.
Los radicales (jóvenes en su mayoría) llegaron a la departamental imbuidos por los planteos de las asambleas barriales, pero plantearon que "si bien coinciden en la necesidad de limpiar la política de aprovechadores y oportunistas", creen que la consigna "que se vayan todos" no es el camino correcto.
"Es una frase facilista, porque no son todos igual de responsables. Nos propusimos mejorar esa idea, y como somos radicales nos hacemos cargo de lo que le toca a nuestro propio partido", destacaron.
En la reunión, que comenzó a las 15 y donde se analizó con sentido crítico lo ocurrido en la UCR en la última década, se aprobaron las siguientes mociones:
u Crear una comisión que analice la conducta y actuación pública de todos los radicales que en los últimos diez años asumieron funciones legislativas o ejecutivas a nivel local, provincial o nacional y de los que condujeron la estructura partidaria en ese período, "en el que la UCR se apartó de sus principios, contribuyendo a la decadencia de la República y al descrédito de la política".
u Solicitarle a cada uno de ellos, sin distinción de corrientes internas, una explicación de la actuación que tuvieron en sus cargos y una rendición de cuentas sobre el destino que les dieron a los recursos del Estado o del partido que la ciudadanía puso a su disposición.
u Hacer públicas todas las respuestas que se reciban para que la sociedad pueda valorarlas y reemplazar la consigna "que se vayan todos" por "que se vayan todos los responsables".
u Pedir la inmediata caducidad de todas las fichas de afiliación de la UCR con el fin de depurar los padrones de todos los que fueron incorporados sin su consentimiento o todos los que figuran (como los fallecidos, los trasladados a otros distritos) sólo para que dirigentes inescrupulosos hagan maniobras en cada elección interna.
u Llamar a quienes se sientan convocados por el ejemplo de los fundadores de la UCR a reafiliarse, haciendo del partido una organización política de abajo hacia arriba. Se aclara que "dada la parcialidad de la actual junta electoral", se propone crear otra provisoria que se haga cargo de las afiliaciones.
Antes de finalizar la asamblea se invitó a los interesados a integrar la comisión que analizará las conductas de los dirigentes a concurrir al primer encuentro de la misma, el próximo 26, a las 19, en la departamental Rosario de la UCR.
Cuando la vieja sede partidaria iba quedando vacía, un militante que dijo estar "preocupado por defender la identidad radical en su barrio" resumió la razón por la que decidió concurrir a la asamblea: "Todos los que vinimos aquí compartimos con el ciudadano común el enojo por la situación en la que cayó nuestro país, pero no estamos de acuerdo en rechazar a la política como herramienta social ni a todos los partidos por igual. Somos radicales que reivindicamos la historia y los principios de la UCR, que nació para construir una sociedad más justa, por eso queremos rescatarlo de la crisis".
La Ciudad
