Año CXXXV
 Nº 49.511
Rosario,
domingo  16 de
junio de 2002
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Concordia: Un cuento de hadas y fantasía
El castillo San Carlos guarda historias fascinantes como la visita de Saint Exupèry

Belén Travesaro / La Capital

En el parque San Carlos, emplazado al noreste de la ciudad de Concordia, a la orilla del río Uruguay, se encuentran las ruinas del castillo San Carlos, un sitio que alberga historias fascinantes. Con el estilo de las lujosas casas de la campiña francesa, lo mandó a construir Eduardo Demachy, hijo de un banquero opulento. Fue en 1886, con el propósito de crear un saladero. Uno de los recuerdos más preciados que guarda el lugar fue la visita del autor de El Principito, Antoine de Saint Exupèry, ocurrida en enero de 1930, cuando descendió en avión en las inmediaciones del lugar.
Saint Exupèry había llegado a Buenos Aires para ponerse al mando de la Aeropostal Argentina. Comenzó a sobrevolar la zona de Concordia en busca de un puerto intermedio para sus vuelos nocturnos entre Asunción del Paraguay y Buenos Aires. Una tarde hizo descender su avión en las cercanías del castillo, que había sido arrendado por la familia Fuchs Vallón, y una rueda quedó aprisionada en una vizcachera. Inmediatamente se le acercaron dos niñas vestidas de blanco que hablaban francés y por un momento creyó estar en el cielo. Luego lo pasó a buscar el padre de las niñas en un viejo Ford color negro, quien lo llevó al palacio.
El escritor francés estaba desorientado, no entendía bien qué le había sucedido, ni dónde estaba. Con el correr de las horas entendió que quienes lo habían socorrido eran los cuidadores del castillo San Carlos y que eran oriundos de Francia. También comprendió que estaba en la tierra, no en el cielo como pensó en un principio, viviendo una experiencia inolvidable.
El Ford en el cual hizo el recorrido hacia el castillo no tenía nada de especial, como tampoco el hombre que lo había recogido. Pero a la vuelta de la ruta comenzó a vislumbrar un bosquecillo y detrás de los árboles una casa. ¡Qué extraña casa! Rechoncha, maciza, casi una ciudadela. El castillo ofrecía un abrigo apacible tan seguro como un monasterio. Estas fueron las palabras de Saint Exupèry al llegar a la mansión, conocida por los entrerrianos como "el castillo".

Tierra de hombres
Durante su permanencia en el castillo compartió charlas con las niñas de blanco, Edda y Suzzane, las dos hijas menores del señor Fuchs Vallón. Se adentró en su mundo infantil, de anécdotas sobre los amigos, los animales y sus visiones del mundo. A estas niñas inmortalizó en el capítulo Oasis de su libro "Tierra de hombres".
Varios historiadores coinciden en que Saint Exupèry se inspiró en este lugar para escribir su famoso libro El Principito.
Además de la visita del escritor por estas tierras, también se cuentan historias de Eduardo Demachy, el hacedor del palacio, quien no tenía título de conde, pero era hijo de uno de los banqueros más opulentos de Francia. Sin embargo, se le decía y trataba como a un conde.
En 1900, la familia Demachy desapareció de Concordia. Se dice que fue por una quiebra fraudulenta del negocio. La casona pasó a pertenecer al municipio de la ciudad y a fines de la década del 20 la familia Fuchs Vallón arrendó la propiedad para convertirla en una granja. Hoy está en ruinas debido a un incendio que ocurrió en 1938.
Quien pase por Concordia no puede perderse la visita al castillo San Carlos (en el paraje Salto Chico), donde se trasladará en el tiempo y vivirá historias cargadas de fantasías.



El castillo está al noroeste de Concordia.
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