| | Tel Aviv: Construyen un muro divisorio
| Tel Aviv. - Israel comenzó ayer la construcción de la primera fase del muro de cemento y alambre que dividirá aún más a israelíes y palestinos, un proyecto impulsado fuertemente por el gobierno de Ariel Sharon y criticado por la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Esta primera fase prevé la preparación del terreno para erigir un alambrado de defensa, cuyo primer tramo se extenderá 100 kilómetros para dividir Kfar Salem, cerca de Jenín (Cisjordania), de Kfar Kassem. El proyecto, impulsado fuertemente por el gobierno del premier Sharon, fue definido por el ministro de Defensa de Israel, Benyamin Ben Eliezer, como "una barrera destinada a incrementar la seguridad del país y no una frontera geopolítica". El gobierno israelí mencionó, para defender su proyecto, el miedo cotidiano a los palestinos suicidas "dispuestos a morir y a asesinar a la mayor cantidad de israelíes posibles". El nuevo ministro de Trabajo de la ANP, Ghassan Khatib, sostuvo que la barrera es sólo otro ejemplo de la mezquina visión que tiene Sharon sobre la seguridad nacional. "El premier olvidó el histórico fracaso al cual están destinados los muros y las barreras... como el de Berlín", agregó. "Los trabajos para la concreción del primer segmento de la barrera de seguridad durarán entre 10 y 12 meses", explicó el director general del Ministerio de Defensa, Amos Yaron. La estructura, una vez terminada, tendrá 364 kilómetros de extensión y separará como una cortina de hierro en el desierto el territorio israelí de gran parte de Cisjordania, corriendo paralelamente sobre la denominada línea verde de demarcación. Un sector de la barrera, de 52 kilómetros, correrá por Jerusalén, donde se instalarán telecámaras y sistemas de alarma electrónica. La estructura, que prevé una complicada serie de pasos y puestos de defensa, demandará un costo de un millón de dólares por kilómetro. "En parte de la barrera será construido un muro de tres metros de altura con el fin de impedir el fuego de armas ligeras contra algunos centros habitados", según la explicación oficial israelí. El proyecto de 360 millones de dólares generó hasta ahora muchas críticas también del lado de los israelíes, sobre todo los colonos, ya que 98% de sus asentamientos quedarán del otro lado del muro, es decir en el sector palestino. (Télam)
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