Villa Gobernador Gálvez. - "A un pozo podemos esquivarlo, pero la pancita de un pibe no puede esperar", señalaron los concejales del oficialismo para enmarcar por dónde pasan las prioridades a la hora del trabajo. En este marco, los ediles justicialistas insistieron sobre un fenómeno que la ciudad viene registrando en el último lustro: una migración interna que potencia las demandas asistenciales en todos los frentes. Sin embargo, esta situación no quita que, para uno de los dos opositores del cuerpo, la flojera legislativa tenga otras razones.
El Concejo villagalvense está integrado por nueve concejales, de los cuales siete pertenecen al oficialismo justicialista. Estos ediles no dudan en definirse como un "equipo de trabajo del intendente" Pedro González. La oposición está en manos de un pesepista y un radical.
Según la justicialista Graciela Bonomelli, la tarea legislativa se hace difícil porque se debe atender la demanda asistencial de una población que siempre fue humilde y que ahora agudizó sus carencias a manos de la crisis. "Hay una demanda desbordada de garrafas y bolsones de comida. En medio de esto no se pueden hacer proyecto faraónicos", argumentaron, y agregaron que la recaudación, que apenas roza el 18 por ciento, acota los márgenes para proyectar obras públicas de envergadura.
Pero hay otro dato para el análisis, aseguraron: todos los días llega gente de las provincias de Chaco, Entre Ríos y Corrientes que modifican la ecuación demográfica. "Esta ciudad crece y pensamos que hay más habitantes que los 75 mil que arrojó el censo, sucede que muchos llegan indocumentados", explicaron. Para los ediles, el cordón industrial de Villa Gobernador Gálvez -básicamente industria frigorífica y metalúrgica- continúa siendo una oportunidad para los que nada tienen.
En este sentido, describieron una mecánica de ingreso que se repite: primero llega el jefe de familia y, cuando consigue una changa, manda a llamar al resto de los miembros, que generalmente son muchos. Según los justicialistas, esta incorporación desnivela las previsiones en educación, salud y vivienda. Para algunos de los recién llegados, el trabajo estable se convierte en una ilusión si no pasan los exámenes preocupacionales, por alguna enfermedad que arrastran desde la infancia, como un sedimento más de las duras condiciones sociales de las provincias de las que emigran.
Concejo austero
El Concejo tiene un presupuesto ejecutado de unos 500 mil pesos anuales, "uno de los más austeros de la provincia", consideraron. Hay seis personas en planta permanente, tres de gabinete y ningún asesor ni secretario para los tres bloques. Los ediles cobran unos 1.700 pesos por todo concepto, no tienen viático ni movilidad, y en marzo pasado redujeron sus dietas en un 20 por ciento. "Nunca pretendimos tener sueldos importantes si nuestra comunidad se encuentra en las condiciones que señalamos", explicaron, y aclararon que recién están cobrando el mes de febrero.