| | Tenencia de un arma, eje de la primera jornada de un juicio oral El proceso es a dos hombres a los que también les incautaron 10 kilos de cocaína en la terminal de ómnibus
| El testimonio de un sargento de la policía rosarina y la declaración de inocencia en el marco de la ampliación de indagatoria a la que fue sometido uno de los dos procesados por el hallazgo de 10 kilos de cocaína, escondidos en la valija de un viajero que arribó a la Terminal de Omnibus Mariano Moreno, fueron los puntos salientes de la primera jornada de un juicio oral y público en los Tribunales federales. El hecho que se juzga ocurrió el 30 de diciembre de 2000 en la estación de colectivos. Allí fueron detenidos Amancio Flavio Palma, un formoseño de 29 años que arribó en un micro desde la provincia de Salta y en una de sus valijas traía la droga escondida; y José Luis Porta, un rosarino de 53 años que presuntamente esperaba el cargamento y en cuyo auto la policía secuestró una pistola 11.25 con el cargador completo y otros dos cargadores en su bolsillo. Junto a este hombre, aquel día estaba también C. C., una misionera de 20 años que quedó desvinculada de la causa y que hasta anoche no había podido ser localizada por la Policía Federal para que declare como testigo. La mañana de ayer, el tribunal conformado por los jueces Santiago Harte, Otmar Paulucci y Laura Cosidoy tomó ampliación a la indagatoria efectuada en el marco de la instrucción por el detenido Porta, defendido por Horacio Corbacho, lo que volvió a reiterarse a última hora de la noche. En tanto, el otro acusado, asistido por la defensora oficial Beatriz Caballero de Barabani, se mantuvo como tenso espectador a lo largo del día. En su testimonio, Porta dijo no tener relación con Palma, se mostró sorprendido por el hallazgo del arma en su auto -aspecto que fue aclarado por un sargento que también declaró en condición de testigo- y no supo explicar la procedencia de la droga al deslindar sus responsabilidades como destinatario del envío. También declararon como testigos cinco policía de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal que participaron en el procedimiento en el cual se incautó la cocaína, todos los que dieron detalles de las tareas de inteligencia y el operativo que concluyó aquel 30 de diciembre. Por la tarde se sucedieron una decena de testigos de partes que aportaron datos acerca de la personalidad de Porta y lo hecho por el procesado la noche previa a su detención. Entre estas declaraciones la más sobresaliente fue la del sargento Hugo Fernández, quien se desempeña en la seccional 18ª y reconoció que el arma hallada en el auto de Porta en realidad era de él. Del testimonio, surgió el pedido del fiscal Erick Warr para que el agente sea imputado por tenencia de arma de guerra y se de vista a la justicia de Instrucción. Fernández sostuvo que conocía a Porta de un club de barrio y que la noche anterior al procedimiento le pidió el auto prestado para hacer unos trámites, entre los cuales detalló que fue hasta la casa de un amigo al que pretendía comprarle la pistola después incautada. Con el arma en su poder, "porque quería saber si estaba limpia y probarla en el polígono de la Jefatura", el sargento fue hasta un bar de la zona sur de la ciudad donde había pactado encontrarse con Porta para devolverle el auto. Claro que cuando lo hizo "olvidó" retirar del interior el arma que ahora compromete al acusado. Las audiencias continuarán hoy, a partir de las 10.30, con un nuevo desfile de testigos y se espera para el jueves el desarrollo de los alegatos de las partes.
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