Jorge Salum / La Capital
El arma que mató a un recluso en la cárcel de Coronda pertenece a un agente del servicio Penitenciario Provincial que participó de la represión de un motín en febrero de este año. Así lo revela una pericia balística realizada por expertos de la Gendarmería Nacional, según confiaron a La Capital fuentes vinculadas a la investigación del caso. Las conclusiones del estudio podrían apurar la identificación del presunto autor del disparo ya que los especialistas consiguieron precisar cuál es esa arma, que está secuestrada y en poder del juez de la causa. Según los peritos de Gendarmería, el proyectil extraído del cadáver del interno Claudio Alberto Antonio fue disparado por un FAL cuyo número de identificación es el 59757. Se trata de un fusil liviano del calibre 7.62 que el juez de Instrucción Nº 7 de Santa Fe, Roberto Prieu Mántaras, guarda celosamente en su despacho junto a otras 27 armas similares incautadas a los guardiacárceles de Coronda después de los crímenes. Antonio, que tenía 27 años y era un delincuente de Villa Gobernador Gálvez con un abultado prontuario, fue asesinado en el interior del penal hace tres meses. El mismo día también mataron al recluso santafesino Iván Julio Mosqueda con otro balazo, mientras que el interno Eduardo Marcelo Cuenca resultó gravemente herido. De acuerdo a las denuncias de los propios internos, que hizo públicas la Coordinadora de Trabajo Carcelario, todos habrían sido atacados a tiros por los guardiacárceles después de una pelea que involucró a otros presos. Sus muertes, en tanto, originaron un motín generalizado que fue violentamente reprimido por los carceleros. El proyectil que mató a Antonio fue rescatado por los propios internos y entregado al juez Prieu Mántaras como un modo de evitar la desaparición de un indicio clave para la investigación del caso y la identificación del homicida. En el cuerpo de Mosqueda, en tanto, los forenses que hicieron la autopsia hallaron dos esquirlas y ahora los peritos dijeron que sin dudas son partes de un mismo proyectil. Sin embargo, aunque consideraron que podrían pertenecer a un calibre similar al anterior, en este caso no pudieron establecer con precisión el fusil con el que fue disparado. La conclusión de que el proyectil pertenece a un fusil es clave porque los guarciacárceles declararon que los reclusos les habían arrebatado una escopeta y habían abierto fuego antes de que ellos los reprimieran. Esto desactiva la coartada y sugiere que a Antonio y Mosqueda los mataron los custodios y no los propios internos. La causa que instruye Prieu Mántaras está caratulada "doble homicidio, daño calificado, lesiones dolosas, atentado agravado y resistencia a la autoridad" e incluye la investigación de todos los episodios ocurridos el 27 de febrero en Coronda, desde los crímenes de los reclusos hasta los destrozos causados por los internos en el motín posterior. Algo llamativo es que de la refriega participaron 1266 internos, según informó en su momento el Servicio Penitenciario. El dato podría ser revelador de la indignación de los reclusos por los asesinatos ya que rara vez las revueltas son tan generalizadas. A mediados de abril Prieu Mántaras dijo a los corresponsales de este diario en Santa Fe que no tomaría medidas hasta no recibir las conclusiones de los expertos de Gendarmería sobre las pericias que él mismo encargó. El informe está en su despacho desde hace un par de días y es probable que ahora sí el juez esté en condiciones de avanzar en la identificación de por lo menos uno de los homicidas.
| El motín del 27 de febrero reunió a muchos efectivos. (Foto: Roberto Paroni) | | Ampliar Foto | | |
|
|