Año CXXXV
 Nº 49.504
Rosario,
domingo  09 de
junio de 2002
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Para el economista, la gestión del BCRA llegó al "paroxismo de lo inservible"
Curia: "Las reservas ya no dan más"
Pronosticó que en poco tiempo se sabrá si el FMI quiere ayudar o avanzará en el escarmiento a la Argentina

Jorge Kaplán / La Capital

Ahorristas que optarán mayoritariamente por mantenerse en los depósitos reprogramados, reservas que "ya no dan más", una política del Banco Central que es "el paroxismo de lo inservible", y un gobierno que "tiene todas sus fichas jugadas a un acuerdo con el Fondo", son los ejes del análisis de la realidad económica que por estas horas hace el economista Eduardo Curia. La convertibilidad lo tuvo como uno de sus ideólogos pero también entre los primeros que plantearon que se debía salir del corset. Curia ahora fustiga duramente al ex ministro Remes Lenicov que "no dejó barrabasada por hacer" en la devaluación. Y deja planteado el gran interrogante que pesa sobre el presidente Duhalde: "Acá el tema es si el Fondo en rigor tiene buena leche o no para ayudar y cuál es su nivel de la tesis del escarmiento que merece la Argentina, por haber festejado el default".
-¿Qué opinión tiene de la fórmula que eligió el gobierno para el corralito?
-Prácticamente no soluciona ni medianamente ninguno de los problemas que dan vueltas en torno del corralito. Hay dos opciones básicas: una es el corralito de la reprogramación, y la otra es el bono, que es un corralito fiscal, es una especie de metamorfosis del corralito financiero en un corralito público-fiscal.
-¿Cuál será la elección mayoritaria?
-Me parece que la mayoría va a quedarse en la reprogramación. Quien quiera liquidez rápida va a tener que afrontar un desagio colosal.
-¿La permanencia en la reprogramación puede seguir socavando al sistema financiero?
-El tema de los reprogramados es siempre una espada de Damocles porque son pesos virtuales indexados. El asunto es quién se hace cargo de ese muerto en su momento.
-¿Había otra alternativa?
-El gobierno no aprovechó el impulso de los primeros días para liquidar el corralito en tres o cuatro meses y con la pesificación simétrica uno a uno. Con ese esquema y un dólar que dentro de un plan integral podía estar en poco más de dos pesos, los bancos extranjeros podían ser tentados a traer sus dólares.
-O sea que sólo se pateó la pelota para adelante.
-En cuanto a decir "basta, este tema se termina", creo que es una frustración total.
-¿Cuál es la política del ministro Lavagna?
-La que deriva de toda una genealogía de errores, entonces cada nuevo paso está predeterminado bastante. Lavagna hace continuismo porque está jugado a un arreglo con el Fondo. Esa es la política de Lavagna.
-Pero el Fondo no parece muy dispuesto a poner plata.
-Si viniera una ayuda, aunque no fuera sustancial en lo cuantitativo, puede hacer un aporte cualitativo porque cierto paraguas del FMI limita las acciones nerviosas de los acreedores. Con un acuerdo, el gobierno puede tener más margen de maniobra.
-¿Llegará a tiempo ese acuerdo?
-Yo no estoy seguro de si el Fondo realmente quiere acordar en un plazo útil. Esa es otra incógnita. El gobierno tiene semanas para trazar un corte porque si ya tenemos este mes vencimientos por 800 millones y cada vez caen más las reservas, hay que estar viendo lastimosamente si mes a mes hay una refinanciación. En algún momento el gobierno tendrá que darse cuenta si el Fondo dará ayuda cierta o no. Si la ayuda no viene en tiempo útil, entonces ya el escenario cambia radicalmente.
-¿El Fondo se conformará con lo que le ofrece el gobierno?
-Acá el tema es el ánimo del Fondo: con todo lo que hizo este gobierno, los esfuerzos de los gobernadores, yo diría que la Argentina tiene holgadamente conquistados los galones para recibir una ayuda. Si el Fondo no tiene una segunda intención de que el escarmiento llegue a proporciones terroríficas, igual tendría que estar en la lógica de las cosas llegando a un acuerdo en corto lapso.
-Usted propugnó durante muchos años una salida de la convertibilidad, ¿qué opina de la forma en que se implementó esa medida?
-Es terrorífico. En todos los frentes hay fallas notorias. Desde ese intento fútil de andar con un desdoblamiento cambiario al inicio y no entrar a tallar de entrada con la flotación. Después la flotación que implicó con ese juego estar devaluando dos veces en un mes, una cosa cursi totalmente. Entrar en la flotación y no tener hasta hoy bien precisado el control sobre todo el proceso de liquidación de divisas, no se aplicaron de entrada retenciones y retenciones móviles.
-¿Las intervenciones del Banco Central han servido de algo?
-Las intervenciones de Blejer han sido el paroxismo de lo inservible. Está siguiendo el comportamiento del mercado de atrás. Al hacer intervenciones dosificadas casi todos los días, viendo en retrospectiva terminó amparando la suba del dólar en tendencia y perdió reservas a lo loco. En general, no hubo frente esencial sin errores, con lo cual se quemaron instrumentos de más. Por eso hoy lo único que le queda a este esquema desahuciado es el oxígeno que pueda traer el Fondo.
-¿Es sostenible en el tiempo esta política del Central?
-No. No hay más que unas pocas semanas para dirimir la incógnita, y el mismo gobierno en algún momento va a tener que hacerlo porque las reservas ya no dan para más.
-¿De qué forma cree que se dirimirá?
-No sé. Yo al gobierno lo considero sobreactuando en cuanto a los deberes, creo que la Argentina está sobrecumplida. Acá el tema es si el Fondo en rigor tiene buena leche o no para ayudar y cuál es su nivel de la tesis del escarmiento que merece la Argentina. Por tratarse de la Argentina y por su repercusión en el mundo, un país que al default en vez de hacerlo triste lo hizo alegre, parece que tiene que ser sancionado. Lo que sé es que vamos a tener que salir de la incógnita en semanas.
-¿Cómo sería un escenario posacuerdo con el Fondo?
-Si viene la ayuda, este esquema medio deshauciado puede encarrilarse un poco, ver si para el corralito la apuesta es un poco mejor, la actividad con algunos focos de recuperación que se vayan esparciendo, la inflación consolida la tendencia declinante. Con el Fondo se puede recuperar algo, quizás, lentamente, porque no hay una política propia.
-¿Y si el Fondo aplica el teorema del escarmiento?
-Si no está lo del Fondo creo que viene el plan B o C, pero creo que también Duhalde y el gobierno de transición se complica más. Un plan B o C será mucho más agreste, rústico, con muchos más controles.
-¿Con cambio fijo?
-Cambio fijo, no digo convertible porque acá cuando se empiezan a sumar los agregados monetarios referenciables y respaldables, la paridad tendría que estar a 6 ó 7, a menos que se aplique un Bónex terrorífico y universal que chupara toda la liquidez que anda por ahí.
-Con el retorno de la inflación también se volvió a hablar de salarios, ¿estima posible un aumento?
-Creo que tiene que haber en un plazo no muy largo aumentos de salarios. Por su puesto tiene que ser moderado, un aumento en una situación de restricción financiera no es fácilmente implementable en su generalidad. Además, si no hay una correspondencia en otros aspectos de la política económica como un seguimiento de cerca de los precios y conversaciones permanentes con los formadores, aumentar salarios va a ser doblemente peligroso. Pero no nos hagamos los otarios, si bien no es algo uniforme, hay sectores que están dolarizando márgenes, entonces ahí no hay excusas como para volver a tocar los precios.


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