Dafne Corte
Con la idea de construir una ciudad jardín, Guel encargó a Gaudí uno de los más pretenciosos proyectos afrontados por el artista, que por desgracia y falta de interés de parte de los barceloneses, que no compraban tierras allí para construir sus casas, quedó sin finalizar. Quién se hubiera imaginado en esa época que años después el sitio iba a ser reconocido como Monumento de la Humanidad. Solamente se construyeron tres viviendas de las setenta previstas: una (la de Can Montaner de Dalt) que se convirtió en la casa de Guel, el edificio del abogado Trias Domenech y la tercera que fue adquirida por Antonio Gaudí, donde el genial arquitecto vivió hasta poco antes de su muerte, en 1926, y que ahora es un museo. Subiendo por las calles de Barcelona encontramos un gran muro decorado con el inconfundible estilo Gaudí del trancadis, en el que está escrito el nombre del Park Guel. La entrada principal se encuentra allí y parece sacada de un cuento de hadas. Está cuidado hasta el más mínimo detalle y los visitantes se sienten trasladados al mundo fantástico de su creador. En la entrada hay dos pabellones de una creatividad tal vez mayor que la de la propia Casa Batllo. Domina el lugar una fuente y un poco más arriba está la famosa iguana de Gaudí. Todo recubierto con pequeños trozos de mosaicos que otorgan un efecto de color y formas increíbles. Al final de la escalera está lo que hubiera sido el mercado, denominada la sala de las cien columnas. Su aspecto parece simple a primera vista, pero al mirar hacia arriba, en el techo, se aprecian grandes dibujos hechos en trancadis. Lo más sorprendente es que están confeccionados con trozos de botellas, tazas, platos y otros materiales que demuestran la genialidad del artista que logró convertir cualquier objeto en una obra de arte. Más arriba se encuentra la gran plaza central, que constituye un sensacional despliegue de colores y formas. Desde allí se puede contemplar un bello paisaje de Barcelona y, por supuesto, la Sagrada Familia. También se pueden ver los pórticos y los caminos cubiertos del parque, que semejan un bosque hecho de piedra, donde cada columna tiene una forma diferente. Es admirable como las columnas se mezclan con el paisaje hasta llegar a parecerse a la naturaleza. El Park Guel es la obra de Gaudí donde se puede ver más claramente el dominio del artista sobre todo tipo de formas y materiales: piedra, mosaico, hierro y madera, y la facilidad con la que el creador se adapta a la naturaleza y a las circunstancias, ya que la piedra que utiliza fue extraída de la misma montaña y los mosaicos son desechos que tiraban las fábricas de la época. ¡Un verdadero genio, no!
| Gaudí usó botellas, platos y piedras en la construcción. | | Ampliar Foto | | |
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