| | Un exótico ladrón de arte
| A falta de fortuna personal para cimentar su pasión de coleccionista, un joven camarero francés durante seis años desvalijó museos, castillos, mansiones e incluso salas de subastas de toda Europa, acumulando un botín de varios millones de dólares. Stephane Breitwieser, de 31 años, atesoró un conjunto de 200 obras consideradas inestimables por los críticos de arte, muchas de las cuales se han perdido porque terminaron en la basura, las alcantarillas o sumergidas en canales y estanques. El joven, oriundo de Eschentzwiller (este de Francia) tiene más aspecto de artista que de ladrón profesional. Camarero en Basilea (Suiza) y sobrino nieto del pintor alsaciano Robert Breitwieser (1889-1975), su pasión por el arte se remonta a la infancia. Este amor lo condujo a construirse una cultura artística de autodidacta y frecuentar artistas, galerías, museos y salas de remates. Así lo conoció el enmarcador Christian Meichler quien confeccionó para Breitwieser muchos pedidos de marcos, en su mayoría de estilo antiguo, a lo largo de una década. Los jueces que tienen en manos caso tan singular hablan de la pasión enfermiza de este "amante de pintura en especial de los maestros belgas y flamencos del siglo XVIII" y del momento en que ésta lo hizo caer en un vulgar ladrón. (AFP)
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