Fernando Toloza / La Capital
Pablo Echarri estuvo ayer en Rosario para presentar "Apasionados", la película de Juan José Jusid en la que comparte cartel con Nancy Dupláa, su pareja en la vida real. El actor adelantó que para él el éxito es lograr que cada personaje nuevo sea distinto al anterior y aseguró que su actuación junto a Dupláa en "Apasionados" no respondió a una estrategia de marketing. "Nos eligieron por nuestro trabajo porque no sabían nada de lo nuestro y después se encontraron con una sorpresa", adelantó Echarri, quien este año rodará otras tres películas, a las órdenes de Luis Puenzo, Juan Bautista Stagnaro y Alberto Lecchi. -¿Qué tenés en común con Nico, tu personaje en "Apasionados". -En algún momento, los dos tratamos de mantener una estructura en lo personal sin hacer caso a ciertos sentimientos que nos rondaban. Pero al final el tiempo hace que los sentimientos sean los que prevalezcan. Vos podés intentar algo prefijado, por el solo hecho de evitar una desestructuración, por el dolor que causa, pero algunas decisiones propias y otras ajenas hacen que te pongas frente a frente con lo que siente tu corazón, y después vos decidís si cambiás. -¿No pensaste que al hacer una película con Nancy Dupláa, tu pareja, todo el mundo te iba a preguntar por tu vida privada? -Fui el primer actor que estuvo subido al proyecto. En un momento se barajó el nombre de Nancy en una terna de actrices. Yo estaba en España filmando una película y recibí un llamado de Carlos Mentasti, el productor de la película, que me anunciaba que habían elegido a Nancy Dupláa. Ellos no sabían que nosotros estábamos juntos, más allá de algunos rumores, que habían sido tomados justamente como eso: rumores. Haber sido elegidos, tanto el uno como el otro, en forma absolutamente independiente de lo que se relacionaba con nuestra vida personal nos dio la pauta para hacer esta película. -¿No fue una cuestión de marketing? -No, en absoluto. Ni de parte mía ni de la producción, a no ser que hayan sido videntes y hayan podido advertir lo que estaba pasando entre nosotros. Cosa que era bastante imposible. Haber sido elegidos por nuestro trabajo hizo que Nancy aceptará e hizo que yo me sintiera cómodo con su aceptación. Yo no soy un tipo que quiera imponer, por una cuestión personal, mis ideas sobre quién debería acompañarme. A Nancy la respeto como profesional, más allá de que sea mi mujer. Jusid y Mentasti vieron la química que había entre nosotros y ellos eligieron eso, pero después se dieron cuenta de que había una sorpresa (risas). Ni ella ni yo lucramos, ni juntos ni separados, con nuestra condición personal. Aunque sabemos que lo personal pesa mucho a la hora de hablar con la prensa, casi como si fuese una extensión de lo que quiere la gente. Afrontamos el riesgo porque sabíamos que nos habían elegido por trabajo y no por una cuestión de marketing. -En cine pareces dividido entre las comedias románticas y las películas de acción, ¿no te pesa esa división? -En realidad voy danzando entre las propuestas posibles. No puedo hacer un libro que no me ofrecen. Trato de hacer lo mejor posible los personajes que me tocan. Me hubiera encantando hacer un personaje como el Ricardo Darín en "El hijo de la novia", o en "Nueve reinas", pero no me llegaron nunca esos libros (risas), así que hago lo que puedo. Hasta ahora, más allá de los géneros, creo que elegí personajes muy diferentes. -¿"El desvío" y "Héroes y demonios" quieren parecerse a "Taxi driver" o es una exageración? -Sí, puede ser, lo que pasa es que Gabriel, de "Héroes y demonios", es un tipo totalmente ido de la realidad, que sube al proyecto de su amigo y hace cualquier cosa, toma la historia del otro como propia. La oscuridad del personaje me dio la posibilidad de hacer algo distinto y si vos ves a Gabriel y al personaje de "El desvío", notás que son dos tipos distintos. El éxito como actor radica verme distinto en cada película. -¿Envidiás la suerte de Darín? -El cine se basa en los grandes guiones y los de esas dos películas que hizo Darín son guiones indestructibles. Y me hubiera gustado (risas), pero ni siquiera me daba la edad. Darín es un referente, porque empezamos con lo mismo. Pudo hacer y se sintió orgulloso de hacer televisión, pero después decidió dedicarse al cine. Tiene una capacidad muy grande para leer guiones. El se sienta y te puede decir "esto es fantástico" o "esto es una mierda". Eso es lo que gustaría lograr y no equivocarme, pero en cuanto a mi meta como actor, quiero ver hasta dónde puedo llegar por mí mismo. -¿Te llaman directores de lo que se llaman nuevo cine argentino o tienen prejuicios? -Adrián Caetano me ofreció leer el guión de "Un oso rojo", pero ni siquiera quise leerlo porque me iba morir de ganas de hacerlo y sabía que no lo podría hacer porque ya le había dado mi palabra a la gente de "Apasionados". Pero ya voy a laburar con Caetano seguro: somos hinchas de Independiente, nos caemos bien y en algún momento estuvimos por filmar, pero después no se concretó -Muchos de tus personajes en cine viven al límite, ¿viviste alguna vez al límite? -No, siempre tuve una amistad con el límite, pero en la vida me di cuenta en forma muy temprana de que tenía cosas por lograr, y vivir ciertas cosas al límite me iban a impedir desarrollarme. Ahora vivo el límite en la actuación y todo el límite en el que quería haber vivido lo puse en los personajes del cine.
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