El abogado Marcos Peyrano, presidente del Segundo Encuentro Nacional de Jóvenes Procesalistas que se llevará a cabo el jueves y viernes, explicó los objetivos que unirán a decenas de letrados de todo el país en Rosario. "En estos días de protesta, desazón y sentimientos encontrados que se entrecruzan en el alma de todos, aparece quizás como inoportuna la realización de un encuentro científico dedicado al estudio del derecho procesal y su modernización para el servicio del ciudadano que clama por justicia. Sin embargo entendemos que un congreso como el que propiciamos es la respuesta adecuada de una nueva generación de hombres de derecho dispuestos a cambiar las cosas, a encontrar la salida", dijo.
-¿Con avances en el proceso se pueden atenuar los males que aquejan al país?
-Estoy convencido de que debemos volver a un verdadero estado de derecho en el cual quien solicita la intervención de un juez obtenga una respuesta, no sólo técnicamente correcta, sino eficaz y expedita, acorde con la urgencia de su pedido. La tristeza, seguramente nuestra más vasta posesión en este momento, echa inevitablemente su sombra sobre cada acto de nuestras vidas y frente a ello es preciso recuperar la iniciativa, el convencimiento interno de que se pueden intentar cambios para alcanzar el país que todos deseamos. Desde ese lugar surge la idea de convocar a jóvenes profesionales, profesores y estudiantes de derecho de toda la Nación, a los efectos de discutir cómo mejorar el proceso que tenemos, cómo optimizarlo en miras a que recupere su esencia de verdadero instrumento al servicio de aquello de dar a cada uno lo suyo.
-En realidad se trata de todo un desafío en momentos en que los medios nacionales hablan hoy de leyes, amparos y demandas tendientes a que el ciudadano obtenga lo que le pertenece.
-Es cierto, el objetivo no encierra pocas dificultades, pero a la vez constituye un desafío en sí mismo y cobra actualidad frente a términos eminentemente procesales como ley tapón, medidas cautelares, efecto devolutivo o sentencia firme. Palabras que, más allá de su acepción técnica, constituyen hoy por hoy, lamentablemente, títulos destacados en los principales matutinos y se han ido incorporando paulatinamente al idioma común de los argentinos. Pero estamos convencidos de que existe una nueva generación de personas dispuestas a dar lo suyo en pos del bien común, y hacia ellas apuntamos. Es que hoy más que nunca debemos analizar la realidad en profundidad antes de pretender modificarla.
-¿La realidad que afecta a la Nación y a una Justicia anquilosada sólo puede ser cambiada por hombres jóvenes?
-Es que el capital humano que representan nuestros jóvenes es seguramente la tabla de salvación que nos permitirá volver a encontrar el rumbo. Desde el punto de vista del derecho procesal, la apertura hacia la incorporación de nuevas tecnologías y herramientas al trámite del juicio, la creatividad y el desembarazarse de preconceptos, el repensar al debate judicial y sus fines, el apuntar a una justicia transnacional acorde con estos tiempos de globalización, la división de poderes y la preservación de las garantías constitucionales, son algunos de los temas pendientes.
-¿A quiénes convoca este encuentro?
-A todos aquellos hombres de derecho interesados en cambiar las cosas, a aquellos que aún piensan que el proceso es algo más que una mera contienda o un mecanismo, y que encierra la posibilidad cierta de que una persona cualquiera pueda encontrar justicia en nuestro país. Este encuentro nacional debe servir además como símbolo de ese encuentro pendiente entre los argentinos, en pos de la solución de los problemas que nos acucian.
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La Ciudad
