Italia exhibió sus atributos para ser considerada candidata al título y le ganó con mayor claridad de la que indicó el resultado final a su par de Ecuador por 2 a 0, en partido válido por el Grupo G del Mundial 2002. Sin forzar el acelerador y regulando el ritmo (sobre todo en el segundo período), el equipo dirigido por Giovanni Trapattoni se impuso con demasiada suficiencia casi sin recibir zozobra de una formación ecuatoriana, que produjo su histórico debut mundialista y dejó escaso material para el elogio. Es que la azzurra fue muy superior a los orientados por el colombiano Hernán Darío Bolillo Gómez y en la ciudad japonesa de Sapporo hubo concierto para uno solo. Lo real y concreto es que, a tono con lo que marca su historia, Italia prometió e insinuó más de lo que concretó. O, para ser más explícitos, se conformó con lo que consiguió en un tiempo y después bajó la persiana. Porque el delantero Christian Vieri revalidó sus pergaminos de artillero y marcó los dos tantos del encuentro presenciado por 35 mil personas (dos mil ecuatorianas), a los 7' y 26' del primer tiempo. De arranque quedaron en claro los roles que iban a asumir uno y otro equipo. Los italianos tomaron la iniciativa, con el aporte lujoso de Francesco Totti para la conducción y la contundencia del Bobo Vieri en la definición. Y en la primera aproximación concreta al área de José Cevallos, el equipo europeo festejó: Totti escapó por el costado derecho y envió un centro bajo que capitalizó el delantero de Inter, quien a la carrera y con zurda, puso la pelota arriba, en el ángulo superior izquierdo. La conquista no cambió los esquemas, porque Ecuador prosiguió con su cauteloso sistema de cuatro defensores, otros cuatro mediocampistas, un enganche (Alex Aguinaga) y un sólo hombre de punta (Agustín Delgado). Y además, la defensa italiana casi no mostró fisuras. Entonces, las ilusiones sudamericanas dependieron casi en exclusividad de las excursiones ofensivas del lateral Ulises De la Cruz (Hibernian, Escocia). Sobre los 27' y para disipar cualquier eventual desatención, un largo pelotazo de Fabio Cannavaro (Parma) fue aprovechado por el goleador, quien esperó la salida del arquero, remató y aprovechó el rebote para ingresar al arco con balón y todo. 2-0 y partido terminado. (Télam)
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