Senol Gunes, entrenador del seleccionado de fútbol de Turquía, deslizó que la existencia de una "mano negra" privó a su equipo de alcanzar -al menos- un empate ante Brasil, en la apertura del Grupo C del Mundial Japón Corea 2002.
"No conseguimos un punto, que merecimos, por razones que prefiero no comentar", sostuvo Gunes, en clara alusión a la polémica tarea cumplida por el árbitro coreano Young Yoo Kim, quien sancionó como penal una infracción cometida al delantero Luizao fuera del área.
Gunes consideró que la caída (1-2) sufrida ante el tetracampeón mundial fue injusta y remarcó que la escuadra turca controló "el partido hasta ese penal".
"Hacía 48 años que Turquía no alcanzaba la fase final de una Copa del Mundo. Tuvimos a nuestro alcance un resultado positivo y se nos escapó sin merecerlo", sostuvo el entrenador.
De cara al futuro, Gunes se mostró con confianza: "Es natural que juguemos contra dos equipos de ni vel similar al nuestro como China y Costa Rica. Creo que seis puntos deberían bastarnos para conseguir la clasificación", concluyó.
Peleas en Berlín
Alrededor de 400 simpatizantes turcos se trenzaron en una feroz pelea con 60 brasileños, a la finalización del partido que ambos países sostuvieron ayer en Corea del Sur. Los incidentes se originaron luego de que el árbitro coreano Young Yoo Kim sancionó un controvertido penal en favor de la escuadra brasileña, que fue convertido por Rivaldo y determinó el ajustado éxito verdeamarelho.
Los simpatizantes turcos protestaron no sólo por la sanción de la falta sino también por las expulsiones que sufrieron sus jugadores Alpay Ozalan y Hakan Unsal.
Entonces, los turcos arremetieron contra brasileños que presenciaban en la moderna Postdamer Platz de la capital alemana el partido por pantalla gigante de TV. El saldo de la violenta pelea incluyó un brasileño herido, mientras que la policía local detuvo a una persona. (Télam-SNI)
La Ciudad
