Los bomberos voluntarios festejarán mañana su día en el marco de una de las peores crisis en sus 118 años de historia, que los encuentra en emergencia operativa y casi sin la posibilidad de cargar combustible para cargar combustible en sus autobombas.
La crítica situación por la que atraviesan los 60 mil voluntarios distribuidos en 700 cuarteles de todo el país amenaza también con paralizar un servicio público que se sostiene, en la práctica, sin aportes oficiales.
"Estamos quebrados económicamente y moralmente. El domingo es un nuestro día y sentimos que no hay un reconocimiento de los distintos Estados (municipal, provincial y nacional) a todos los hombres que trabajan en esto, que constituyen un verdadero ejército de voluntades", dijo el presidente de la Federación Nacional de Bomberos Voluntarios, Carlos Ferlise.
Según los bomberos, el Estado les adeuda cerca de 10 millones de pesos desde el año 95 pese a que, la existencia del sistema de bomberos voluntarios, le ahorra al país, en contrapartida, unos 600 millones de pesos al año, lo que costaría solventar un servicio oficial que cumpliera las mismas funciones que prestan los voluntarios.
Como ejemplo comparativo, los bomberos aseguran que en Chile, para una población de aproximadamente 15 millones de personas, existen unos 200 cuarteles de bomberos que reciben un aporte oficial anual de alrededor de 20 millones de dólares.
En la Argentina, los voluntarios atienden incendios forestales, estructurales y de campo; derrames de sustancias peligrosas, derrumbes, traslados de heridos, y asisten a evacuados en casos de inundaciones y catástrofes.
"En nuestro país, el 95 por ciento del servicio de bomberos es prestado por los bomberos voluntarios, el resto corresponde a la Policía Federal y a las policías provinciales", explicó Ferlise.
El interior en crisis
Según el dirigente, la situación es insostenible para muchos cuarteles, especialmente los ubicados en el interior, que con los últimos aumentos de combustible no pueden, siquiera, poner en marcha las autobombas. "Que quede claro que si es por nosotros vamos en bicicleta, pero no es serio porque es una actividad riesgosa, necesitamos equipar a los voluntarios y garantizar mínimas condiciones de seguridad", sostuvo Ferlise, quien recordó a los hombres que murieron en servicio (25 en 1994, y dos muertos por año desde 1999. En lo que va de este año, un voluntario ha fallecido durante un siniestro, a lo que se debe agregar las decenas de efectivos que han sufrido heridas muy serias. (DyN)