Un niño de cuatro años se reencontró ayer con su madre en Neuquén, después de haber pasado más de diez días con su padre, un pastor evangelista, que lo sustrajo para alejarlo de su ex esposa y lo obligó a vivir en Buenos Aires, sin domicilio fijo y mendigando por la calle.
El niño comió todos estos días en comedores públicos, en lugares tan distantes como los partidos bonaerenses de Pilar y Avellaneda, hasta que lo localizó Interpol de Argentina, cuyos efectivos detuvieron al padre y coordinaron su devolución a la mamá.
La policía localizó al hombre que se llevó al niño, tras burlar la custodia de la madre, debido a las llamadas telefónicas que hizo a Neuquén, pero los investigadores tuvieron inconvenientes para hallarlo ya que esas comunicaciones no provenían de un hotel o una casa.
Ni el niño ni su padre fueron identificados por las fuentes, quienes informaron que la criatura fue restituida ayer a su madre para que vuelva a vivir con ella en la ciudad neuquina de Varvaco, más de 300 kilómetros al noroeste de la ciudad de Neuquén capital. El padre del niño, sólo identificado por sus nombres de pila, Rubén Darío, de 42 años, es un pastor evangelista que está detenido desde anteayer.
Una odisea
La odisea del niño comenzó hace 10 días cuando su padre lo sustrajo en Neuquén y emprendió viaje a Buenos Aires, por lo que su madre denunció el hecho.
El juez de Chos Malal, Enrique Manso, movilizó el 20 de mayo a la División Operaciones Interpol, a cargo del subcomisario Salvador Bellusci, por sus antecedentes en la recuperación de niños, pero los uniformados se toparon con la dificultad de que ninguno de los dos se inscribió en un hotel.
Sin embargo, la búsqueda se orientó cuando se detectaron llamadas del hombre a sus familiares de Neuquén, las que sirvieron al menos para tener una referencia de los lugares por los que iba con el chico.
Los policías afinaron la búsqueda y concentraron su trabajo con tres brigadas en Avellaneda, Pilar y el barrio porteño de San Telmo, pero la primera referencia real la tuvieron en los alrededores del Congreso nacional.
Es que algunos vecinos de la zona vieron al pastor pedir dinero y otra ayuda material en el Congreso, por lo que la búsqueda se concentró en la Capital Federal.
Rastreo tras rastreo, los policías cerraron el cerco sobre el pastor y lo atraparon, sin violencia, cuando estaban en un comedor gratuito del barrio porteño de San Telmo.
Los policías explicaron que como el hombre no tenía medios económicos, tarjetas de crédito, ni cuentas bancarias, por ser un desocupado, buscaron donde podían dar con ellos cuando iban a comer, en los pocos lugares posibles: los comedores populares. (Télam)