Año CXXXV
 Nº 49.496
Rosario,
sábado  01 de
junio de 2002
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De la hora de los hornos al tiempo de las cacerolas
Pino Solanas prepara un documental sobre la crisis argentina
El cineasta y ex diputado del Frente Grande filmó los episodios que derivaron en la caída de dos presidentes

Walter Palena / La Capital

Fernando Pino Solanas transita por la vida con las mismas convicciones y obsesiones de siempre: su deseo de una Nación soberana, la defensa de la industria nacional, la ilusión de una América latina unida y una cultura que enfrente al discurso único que plasmó el neoliberalismo durante la década menemista. Cuando habla, las venas de su cuello se hinchan y su voz va subiendo de tono a medida que redondea un concepto. "Esta clase política es extorsiva y chantajista. Nos quieren vender que si no arreglamos con el FMI nos salimos del mundo. Cuba hace 40 años que está cercada por Estados Unidos y siguió comerciando con las principales potencias de Europa y punto", se enfurece, y carga contra los "comunicadores lenguaraces" que confunden a la población con la "verdad de los poderosos".
Luego de una impasse en su carrera como director de cine (tuvo un breve pero intenso paso por la Cámara de Diputados cuando integraba el Frente Grande), el creador de "La hora de los hornos", "Los hijos de Fierro", "El exilio de Gardel", "Sur" y "El viaje" está preparando un documental que por ahora, le aclara a La Capital, se llama "Estado de asamblea y memoria del saqueo", una película testimonial que se nutre de la materia prima que le proporcionó la revuelta popular que acabó con la presidencia de Fernando de la Rúa. Pino está recorriendo el país, y donde va lleva consigo una handycam (videocámara portátil), la misma que utilizó para registrar el momento en que la diputada Alicia Castro desplegó en el Congreso la bandera norteamericana y que reavivó la dicotomía setentista de "liberación o dependencia".
-En los setenta fue "La hora de los hornos", a principios del 2000 ¿es la hora de las cacerolas?
-Se podría decir que sí, a lo que hay que agregarle también el tiempo de los piquetes. Por ahora, la película se llama "Estado de asamblea y memoria del saqueo", en la que quiero testimoniar lo que nos ha sucedido a los argentinos después de la época del menemato y de De la Rúa: la aplicación devastadora del modelo neoliberal. Este es el núcleo del filme, pero parto de la política aplicada por Martínez de Hoz y la dictadura, y las respuesta que se fue generando para enfrentar a ese modelo.
-¿Qué pudo registrar con el ojo de la cámara?
-La Argentina está en estado de asamblea permanente. La ciudadanía se siente estafada, y en esto contribuyeron los comunicadores lenguaraces. Ahora quieren refundación democrática, seguridad en el voto y control de sus mandatarios.
-¿Pudo filmar los acontecimientos que forzaron la renuncia de De la Rúa?
-Estuve el 20 de diciembre en la plaza y los gases me descompusieron. El pueblo argentino, protagonistas de grandes gestas a través de su historia, le dio una lección a toda América latina y el mundo con esa insurrección espontánea, cómo enfrentó esa represión despiadada y terminó con un gobierno.
-Las cacerolas no se están escuchando últimamente. ¿Advierte que se está apagando ese fuego sagrado?
-Esa llama no debe apagarse y, al mismo tiempo, sería contraproducente que todo eso no conduzca a formas de participación política, porque ahí sí que se diluye todo. Y acá entramos en los dilemas: lo que está en disputa es el poder. No hay poder sin organización, y no hay ejecución del poder sin Estado. Estos son tres problemas serios que, quienes queremos recapturar a la Argentina, nos lo tenemos que plantear.
-¿Qué tipo de cauce organizativo puede encontrar ese paradigma asambleístico?
-Si fuera capaz de contestar esa pregunta sería Dios; soy simplemente un humano con cierta experiencia política. Todos los que no quieren vivir en un país cautivo tendrán que dar respuesta a eso.



Pino Solanas pretende reflejar la rebelión popular. (Foto: Silvina Salinas)
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