Pratica di Mare, Italia. - Casi un año después de su "estreno" europeo y de la presentación ante el mundo de su polémico nuevo concepto de seguridad planetaria, el presidente de EEUU, George W. Bush, recogió ayer los frutos de su perseverancia con la histórica cumbre entre la Otán y Rusia en la localidad italiana de Pratica di Mare. Según afirmó el secretario de Estado, Colin Powell, el acuerdo de asociación entre Moscú y la Alianza Atlántica, que entierra definitivamente el fantasma de las viejas enemistades de la Guerra Fría, "pone un broche plagado de éxitos" al presidente. Un hecho más que constatable es que con su viaje por el Viejo Continente, Bush comprueba que se ha conseguido imponer la óptica estadounidense en política exterior. En Moscú firmó con su homólogo ruso, Vladimir Putin, el tratado de reducción de arsenales atómicos en dos tercios -por cada parte- de 2.200 a 1.700 cabezas nucleares.
En la base aérea de Pratica di Mare, Putin se sentó -en la firma del histórico acuerdo Otán-Rusia- "como socio igualitario", afirmó el secretario general de la alianza, George Robertson. Parece que los temores y recelos que durante tiempo preocuparon a los europeos y al mundo pueden, en palabras de Washington, quedar superados para siempre. ¿Qué pasará con la prevista ampliación al este de Europa de la Otán? Eso no es gran problema para los rusos, asegura Powell. "Rusia sabe que en la cumbre de Praga (de noviembre) se formalizarán las «invitaciones» a los nuevos miembros (entre ellos Estonia, Lituania o la República Checa) y sin embargo aquí están, para la formación del Consejo Otán-Rusia", agregó.
La suspensión unilateral por EEUU del Tratado de Misiles Antibalísticos (ABM) de limitación de los sistemas estratégicos de defensa, que entrará en vigor el próximo 13 de junio, "en lugar de desatar una carrera armentística, va en la dirección contraria. Tampoco veo indicios de que los chinos estén iniciando una carrera de armamento por el hecho de que hayamos suspendido el ABM", comenta el secretario de Estado.
El concepto estratégico estadounidense estaba pergeñado antes de los terribles atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono pero -debido al impacto de esos ataques- ha adquirido mayor predicamento en "el mundo libre". "Los ataques han dejado en claro que los nuevos peligros de nuestro tiempo amenazan a todos", aseguró en Roma un autosuficiente Bush.
La gira europea
Este motivo conductor de la nueva política exterior estadounidense fue argumento repetido en todas las escalas del viaje de Bush, desde Berlín a Moscú y San Petersburgo, de París a las playas de Normandía y, finalmente, en Roma. Otros temas ocuparon, no obstante, la agenda presidencial en sus contactos con los líderes europeos, entre ellos, la protección del medio ambiente y la creación de la futura Corte Penal Internacional. "Bush mantiene lazos muy sólidos con todos los países visitados", dijo Powell en referencia a algunas voces algo más críticas con el "atlantismo" a ultranza, como la del presidente francés, Jacques Chirac.
Los temores de una asintonía en política exterior entre Washington y Bruselas provienen sobre todo de algunas capitales de la Unión Europea (UE), donde se alerta ante la posibilidad de que afloren importantes discordancias con EEUU. En este sentido, Powell se esforzó ayer en subrayar que Washington no pretende actuar en solitario como el gran "gendarme del orden mundial", aunque sí recalcó que el punto de vista estadounidense le parece el "correcto" en el panorama internacional. "Nos mantendremos firmes en las posturas que consideramos correctas. Bush intenta convencer (a los demás aliados) de por qué es la postura correcta.Espero que los europeos entiendan ahora cuál es la manera en la que nosotros queremos hacer política", dijo. (DPA)