Un equipo de científicos australianos anunció ayer que está en condiciones de devolver a la vida, mediante manipulación genética, al tigre de Tasmania, una especie extinguida hace más de 60 años. El tigre de Tasmania era el mayor marsupial carnívoro conocido hasta su extinción en 1936. La especie, cuyo nombre científico es Thylacine, se extinguió a raíz de la caza intensiva sistemática dado que era considerado un animal perjudicial. El profesor Mike Archer, director del Museo de Ciencias Naturales de Australia, precisó ayer que el ADN obtenido de un pequeño tigre de Tasmania conservado en etanol, una hembra que vivió hace 130 años, había podido ser reproducido con éxito y que esto hace teóricamente posible, en un plazo de unos diez años, la resurrección de la especie, una proeza genética jamás realizada hasta el presente. "Se trata de un gran paso hacia la transformación de un sueño imposible en una realidad biológica", dijo. Si la clonación del tigre de Tasmania logra realizarse con éxito, esta experiencia abriría el camino a otras tentativas de rescatar del pasado a otras especias extinguidas. El científico precisó que otros materiales que podrían aportar tejidos de buena calidad, entre ellos un hueso, un diente y músculos deshidratados, fueron encontrados en la colección del Museo de Historia Natural. "Disponemos de mucho más ADN de gran calidad de lo que creíamos cuando pusimos en marcha este proyecto de investigación", indicó Archer. Recalcó que su equipo pudo obtener ADN capaz de reaccionar positivamente a un proceso de cambios en cadena preliminar (PCR), lo que constituye una etapa sumamente importante para que sea posible después la clonación de moléculas. "En mi opinión, esto tiene una significación entusiasmante, dado que quiere decir que el ADN supuestamente muerto que hemos descubierto reacciona de la misma manera que el ADN vivo", agregó el científico. Para permitir la gestación, probablemente se recurra a hembras de una especie cercana, el demonio de Tasmania, que existe todavía aunque está en peligro de extinción. (AFP)
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