Roma. - Los jefes de Estado y de gobierno de los 19 países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otán) junto con el de Rusia firmarán hoy en Roma la creación de un consejo conjunto, que constituye el primer paso para la integración rusa en el mundo occidental, lo que cerrará la dramática página de la Guerra Fría.
Abandonando su pasada confrontación con la Rusia soviética durante la Guerra Fría, la Otán aspira ahora involucrarla en muchas de sus operaciones, en especial en la esfera del antiterrorismo. Sin embargo, Rusia no puede esperar convertirse en miembro de la alianza, dijeron expertos.
El nuevo consejo permitirá la toma común de decisiones entre Rusia y los 19 miembros de la Otán en varios ámbitos: lucha contra el terrorismo, gestión de las crisis, no proliferación de armas de destrucción masiva, defensa antimisiles, control de armamento, sistemas de rescate en el mar y planes civiles de emergencia.
Con el encuentro se marca el "fin del pensamiento que caracterizó la Guerra Fría", afirmó el secretario general de la Otán, George Robertson. Para la alianza, fundada en 1949, se trata de uno de los pasos más importantes desde que pasaron a integrarla la República Checa, Polonia y Hungría en 1999, llegando a conformar 19 países.
El acercamiento entre la Otán y Rusia comenzó después de la caída de la Unión Soviética en 1991 y la participación de Rusia en el contingente de paz enviado a Kosovo en 1999. El acuerdo fue logrado tras largas negociaciones conducidas por los cancilleres de la Otán, decididos a fomentar nuevas relaciones con Rusia y a ampliar y modernizar la alianza.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la Otán consideran necesario para la organización transformar y desarrollar las propias capacidades militares para enfrentar las nuevas amenazas terroristas después de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos. A la reunión, en la que participarán entre otros los presidentes de Estados Unidos, George W. Bush y de Rusia, Vladimir Putin, además de sus homólogos de los otros 18 países miembros de la Otán, se llevará a cabo en la base militar italiana de Pratica de Mare, a 30 kilómetros al sur de Roma, sobre las costas del Mediterráneo.
Para el primer ministro italiano Silvio Berlusconi, activo promotor de la cumbre, se trata de "un acontecimiento histórico de alcance planetario" que permitirá la total integración de Rusia en la Unión Europea. Las autoridades italianas pusieron en marcha un imponente dispositivo de seguridad para proteger a sus huéspedes.
"Hemos adoptado medidas extraordinarias", anunció el ministro de Defensa, Antonio Martino, quien movilizó 15.000 militares y policías para asegurar la protección de los 20 jefes de Estado y de gobierno. La seguridad aérea dependerá de 84 cazas Tornado y F-104 que, junto con una serie de baterías antimisil, estarán dispuestos a actuar en cualquier momento.
Unidades de la marina militar se encargarán de patrullar las costas de la base militar, ubicada a unos 20 kilómetros del aeropuerto romano de Fiumicino, que cuenta con 800 hectáreas de terreno y en donde trabajan 5.700 personas.
La organización de esta reunión de cinco horas costará 12 millones de euros (11 millones de dólares), pero tendrá la ventaja de impedir toda manifestación hostil a los presidentes de Estados Unidos y Rusia. La mayoría de los jefes de Estado y de gobierno permanecerán pocas horas en Pratica di Mare, de donde partirán después de la firma del documento, a excepción del presidente norteamericano Bush, quien se entrevistará luego con el Papa Juan Pablo II en el Vaticano. (AFP y DPA)
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