Como un símbolo de los tiempos políticos que corren, el presidente Eduardo Duhalde, los miembros de su gabinete y los gobernadores peronistas que se reunieron en La Pampa enfrentaron un escrache por parte de diversas agrupaciones.
Más tarde, Duhalde y los demás participantes de la cumbre superaron el mal trago cuando, ya en la residencia del gobernador Rubén Marín fueron agasajados con una comida que incluyó en su menú jabalí, suflé de queso, tallarines al filetto con salsa verde y helado de postre, todo regado con vino y jugos varios.
En efecto, el presidente y los dirigentes justicialistas debieron ingresar al Teatro Español, donde se realizó una de las actividades paralelas a la reunión política, rodeados de policías y en medio de una lluvia de insultos que hacía juego con el mediodía gris de la capital pampeana.
En las inmediaciones del teatro, donde se firmó un convenio de asistencia a empresas con problemas financieros, los dirigentes justicialistas debieron soportar un escrache realizado por manifestantes nucleados en el llamado Frente Nacional contra la Pobreza, además de organizaciones sindicales, como el CTA, y partidos de izquierda, entre ellos el Partido Comunista.
"Que se vayan todos"
"Lo sabía, lo sabía: a los chorros los cuida la policía", "que se vayan todos, que no quede ni uno solo" y "se va a acabar, se va a acabar esa costumbre de robar", fueron algunas de las consignas que cantaban los manifestantes y con la que recibieron a la primera línea del gobierno nacional y a los mandatarios provinciales.
Estos grupos se encontraban separados de la puerta de ingreso al teatro por un importante dispositivo de seguridad, que contó con un numeroso despliegue de uniformados, con escudos y palos.
Dos cordones policiales, con agentes de la guardia de infantería, impedían que se pudieran acercar a los funcionarios, mientras un reducido grupo de seguidores peronistas identificados con carteles de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra) recibían con tímidos aplausos a Duhalde, Marín y el resto de los funcionarios.
La escena hizo recordar al sábado pasado, cuando en la Plaza de Mayo se montó un operativo similar que permitió que finalmente el presidente y los altos funcionarios nacionales pudieran asistir a Tedéum en la Catedral durante los actos por la Revolución de Mayo.
Pero si bien los ánimos estaban caldeados, finalmente ayer no se produjeron incidentes, a diferencia de lo ocurrido antenoche en el aeropuerto de Santa Rosa, cuando la llegada de los distintos políticos a la provincia fue recibida con empujones y algunos golpes.
Quejas de los periodistas
Entre los periodistas también hubo malestar ya que por falta de organización se vieron obligados a esperar dos horas en la puerta de la residencia del gobernador para la conferencia de prensa que se realizó finalmente en un quincho demasiado estrecho para albergar a los representantes de medios de todo el país.
En medio del revuelo que se armó en torno a la reunión del presidente con los gobernadores, el titular de Nueva Dirigencia, Gustavo Beliz, sostuvo que el encuentro de La Pampa fue "un mamarracho", además de señalar que "lo que mejor que puede hacer Duhalde es dar un paso al costado e irse, hacer un cronograma de elección desde cero, sin lista sábana y renovando todos los cargos".
Beliz sostuvo que "lo básico de quien se postule es qué propuestas lleva adelante" y la capacidad de gestión que tenga después, y agregó que su partido ya tiene un equipo trabajando para elaborar un plan de gobierno a nivel nacional, "porque candidatos sobran pero planes faltan".