Año CXXXV
 Nº 49.492
Rosario,
martes  28 de
mayo de 2002
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El subsidio para comedores arrancó mal
Desarrollo Social abría ayer su oficina para brindar información por subsidios, pero el local no tenía luz

Carina Bazzoni / La Capital

Llegaron con expectativas, pero se fueron con las manos vacías. Es que la oficina donde el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación convocó ayer a los representantes de comedores comunitarios a retirar formularios para acceder a subsidios permaneció cerrada durante gran parte de la mañana. Poco antes del mediodía, en el local de Zeballos 777 se presentó su encargada. Pero tampoco pudo recibir al público: en el local ni siquiera había electricidad. Tampoco la habrá hoy, por lo que la atención será a partir de las 8 y mientras haya luz natural.
"Recién ahora nos entregaron las llaves", explicó a modo de disculpas Laura García Díaz, una abogada rosarina de 25 años convocada por el ministerio para dirigir la delegación de Rosario. Mientras la joven despejaba una montaña de papeles viejos amontonados sobre un escritorio, su mamá se encargaba de retirar del frente del local los datos de su anterior propietario, un vendedor de seguros.
La oficina cuenta con un pequeño hall y un privado. Dos escritorios, cuatro sillas, una biblioteca y un archivo son los únicos muebles que existen en el lugar. Y, por supuesto, tampoco hay computadoras ni fax, sencillamente porque no podrían ponerlas en marcha, ya que el local no tiene luz eléctrica ni línea telefónica.
Es más, según aseguró García Díaz, ella ni siquiera llegó a firmar un contrato de trabajo con el ministerio. "A mí me convocaron porque yo mandé un currículum y acepté porque me gustó el proyecto", dijo.
-¿Tiene algún antecedente en la función pública?
-No, siempre trabajé en el ámbito privado.
-¿Puedo preguntarle cuánto va a cobrar?
-Todavía no sé porque no firmé el contrato.
Aún así, el gobierno nacional convocó el domingo a los representantes de organizaciones comunitarias a retirar allí los formularios de los subsidios entregados por el Fondo Participativo de Inversión Social (Fopar) para las instituciones que sostengan comedores comunitarios y deseen incrementar la cantidad de raciones o mejorar su infraestructura y equipamiento.
Pero quienes ayer se acercaron hasta el local de Zeballos 777 se llevaron una sorpresa mayúscula: "Hace tiempo que estoy caminando y buscando la oficina. Pero está cerrada" se quejó Marta, vocal de la mutual 25 de Diciembre. "Es increíble -apuntó el portero del edificio lindero- ya van unas cinco o seis personas que llegan hasta acá y se van con las manos vacías".
Alberto Calamante es el coordinador del Fopar. Desde su despacho en Capital el funcionario explicó que la oficina de Rosario no pudo ponerse en funcionamiento ayer por "problemas de último momento que surgieron con los propietarios del local".
-Pero entonces, ingeniero, ¿por qué convocaron a la gente a ese lugar?
-Es que la persona encargada de brindar información tenía instrucciones de pararse temprano en la puerta y derivar a los interesados a otro lugar.
-¿Y a dónde?
-Acá a Buenos Aires.
-¿A 300 kilómetros?
-Bueno, por eso estamos armando oficinas en el interior, para que toda la gente pueda llegar y tener acceso a la información rápidamente. Citar a todo el mundo en Buenos Aires es un despropósito.
-¿Y cuándo empezará a funcionar la delegación de Rosario?
-Lo antes posible. Ahora mismo me pongo en contacto con los encargados.
El programa de asistencia a comedores comunitarios se realiza con fondos del Banco Mundial. En esta primera convocatoria se desembolsarán 25 millones de pesos, de los cuales -según estimó Calamante- llegará a Rosario 1,4 millón.
El requisito para acceder a estos fondos es tener una experiencia de dos años de trabajo comunitario. Los subsidios pueden utilizarse para incrementar la cantidad y calidad de las raciones que se ofrecen en los comedores comunitarios o mejorar su infraestructura y equipamiento.
Los subsidios se repartirán de acuerdo a los proyectos que presente cada organización, con un tope máximo de 300 mil pesos para instituciones que sostengan más de un comedor.



A la abogada de la oficina ayer le tocó limpiar.
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