El suizo Joseph Blatter se enfrenta a la peor oleada de críticas desde que asumió el cargo hace cuatro años, y a sólo 24 horas de enfrentarse a la votación que decidirá si es reelegido como presidente de la Fifa recibió ayer los ataques de cuatro vicepresidentes de la federación mundial de fútbol.
En una conferencia de prensa celebrada ayer en Seúl, el sueco Lennart Johansson, el surcoreano Chung Mong-joon y el camerunés Issa Hayatou, presidentes respectivos de la Unión Europea de Fútbol Asociado (Uefa), de la Confederación Asiática (AFC) y de la Confederación Africana (CAF), junto al italiano Antonio Matarrese, reclamaron de nuevo la retirada de Blatter.
A las ya repetidas acusaciones de corrupción y soborno, Chung tocó el tema del uso de la Fifa para fines particulares por parte de Blatter: "Es descorazonador ver a la Fifa reducida a una organización privada, con Blatter repartiendo favores personales y sumiendo su futuro bajo una oscura sombra".
Sus palabras dieron el tono de lo que podrá oírse en el congreso de la Fifa, que estará precedido hoy por una sesión extraordinaria que promete ser la más tormentosa en los 98 años de historia de la federación mundial.
Blatter, de 66 años, está ante un gran problema. Durante muchos años fue el delfín de Joao Havelange como secretario general, cargo desde el que dio el salto a la presidencia en 1998, como representante de la continuidad de la gestión del brasileño. Havelange representaba más que el poder en sí mismo, pero trataba de mantener contentas a la mayoría de las asociaciones nacionales.
Difícilmente Blatter, ex futbolista aficionado reconvertido en abogado profesional, ha disfrutado de un solo día de paz en su despacho de la presidencia de la Fifa. ¿Por qué Blatter está sitiado? Después de todo ha incrementado los ingresos de la Fifa de manera enorme y ha desarrollado el fútbol hasta convertirlo en un verdadero deporte mundial.
Por otro lado, el flujo del dinero ha traído consigo la controversia, y los métodos contables de Blatter han sido puestos en duda por parte de la familia futbolística. El suizo ha sido constantemente atacado utilizando los contratos televisivos firmados por él, sobre todo desde el colapso del imperio mediático del alemán Kirch, unido a la quiebra del socio de marketing de la Fifa, ISMN-ISL.
Incluso la elección conseguida en 1998 fue criticada, con alegaciones de compra de votos. El clímax llegó el mes pasado, con cinco de los siete vicepresidentes de la Fifa iniciando una querella criminal ante los tribunales suizos y pidiendo abiertamente la renuncia de Blatter.
Un dossier incriminatorio
Para hacérselo más difícil, Blatter tuvo que soportar la presentación de un dossier de 30 páginas acusatorio contra él, hecho público por el secretario general y su antigua mano derecha, su compatriota Michel Zen-Ruffinen.
"La Fifa funciona actualmente como una dictadura", dijo Zen-Ruffinen, para sorpresa de la prensa, para detallar cargos que "podrían constituir actos criminales según el código penal suizo".
Blatter rechazó las acusaciones: "Es la lógica consecuencia de meses de continuos y sistemáticos ataques contra el presidente de la Fifa por mis oponentes en un intento de destruir mi reputación y mi integridad personal". Blatter acusó a Zen-Ruffinen de "traidor".
En una empresa normal, Blatter habría tenido que dar cuenta de su gestión hace mucho tiempo. Según la revista Fortune, "si Blatter hubiera sido presidente ejecutivo de una empresa privada, habría estado bajo el control de los accionistas".
Los cargos criminales que se verán en los tribunales suizos no se verán ante un juez hasta finales de año, cuando el Mundial de Corea/Japón ya quede muy lejos. El asunto más próximo que concierne al futuro de Blatter es el desafío que le planteó Hayatou, el camerunés que preside la CAF desde 1988, para evitar que repita otros cuatro años en la presidencia de la Fifa.
La crucial votación está prevista para mañana, con representantes de 204 asociaciones nacionales con derecho a voto, cuyos delegados están llegando a Seúl desde la semana pasada.
A pesar de la controversia, Blatter confía en la victoria, pero lo que al principio parecía tener una conclusión clara es ahora una "dura competición", según las palabras de Johansson. El sueco y sus tres colegas volvieron a prometer el respeto del resultado de la votación de mañana, e invitaron a Blatter a hacer lo mismo. (DPA)