Fernando Toloza / La Capital
"Un oso rojo", la nueva película de Adrián Caetano, fue ovacionada por el público en la reciente edición del Festival de Cine de Cannes. El codirector de "Pizza, birra, faso" prevé que el filme se estrenará este año, con lo que se dará el lujo de mostrar dos filmes en un sólo año, ya que "Bolivia", rodada hace varios años, recién pudo llegar a la salas argentinas este otoño, luego de una brillante carrera por varios festivales de cine, incluido el mismísimo Cannes, donde ganó en 2001 el premio de la crítica.
-¿Qué sentiste al estrenar "Bolivia" tanto tiempo después de haberla filmado?
-Si tengo que hacer un balance, diría que tuve muchos sentimientos encontrados, pero a la larga lo que subsistió fue una alegría enorme, por poder terminar un ciclo, el ciclo de cualquier película que cierra cuando se produce el estreno. Igual, siempre hay otros problemas. Ayer hablaba con Lita Stantic y decíamos que hacer cine hoy en la Argentina es demasiado lío. Pero bueno, sentí un placer enorme, por mí y por toda la gente que había trabajado en el filme.
-¿Por qué filmaste en blanco y negro "Bolivia"?
-Hice "Bolivia" porque tenía unas ganas muy grandes de filmar. Había un amigo que tenía un montón de latas de película virgen blanco y negro y empecé a filmar lo que en principio iba a ser un mediometraje y que después se transformó en la que película que es "Bolivia". A la película llegué a través del trabajo. Desgraciadamente no soy un tipo talentoso al que se le ocurren ideas enseguida. Soy alguien que labura mucho para llegar a una idea.
-¿Pero no está basada en cuento?
-Lo del cuento fue posterior. Lo primero fueron las ganas de filmar en blanco y negro. Lo que me faltaba era una historia y entonces tuve a mano este cuento de la que entonces era mi mujer, Romina Lafranchini. A partir del cuento, que tenía tres páginas, empecé a escribir el guión de "Bolivia". El cuento relataba la historia de amor entre un hombre y una mujer que trabajaban en un bar. No era que tenía primero la historia o el cuento y después quería filmar.
-¿Cómo llegaste a Freddy Flores, el actor no profesional de la película?
-A Freddy lo conocí en un lugar del Abasto, de Capital Federal, donde se reúne la comunidad boliviana. Me acerqué ahí porque estaba buscando un actor boliviano, no profesional porque "Bolivia" fue una película a pulmón. Cuando no hay dinero uno tiene que echar mano a gente que tenga ganas y voluntad de hacer.
-"Bolivia" estuvo en el Festival de Cannes y ahora también estuvo allá tu nueva película, "Un oso rojo". ¿Cómo se siente un argentino en Cannes?
-Yo soy uruguayo (risas), pero de todas maneras entiendo muchísimo a los argentinos porque tengo tres hijos argentinos. Yo me siento muy ajeno a todo lo que ocurre ahí; de hecho el año pasado cuando fui con "Bolivia" no pude ver una película. El festival tiene que ver con otra instancia. Cannes es un gran mercado donde se puede comerciar. Yo no lo viví con ningún romanticismo y, por suerte, tampoco sentí ningún nerviosismo al tener que participar otra vez. Es un lugar donde se hacen negocios enormes. Pero bueno, este año al final no pude ir, y fueron la productora Lita Stantic y el actor Julio Chávez.
-A pesar de eso, ¿tenías expectativas diferentes con "Un oso rojo"?
-No sabía bien en que circunstancias participaba "Un oso rojo". Cuando fui con "Bolivia" competíamos con otras doce películas. Este año eran el triple. De todas maneras, es importante siempre estar en Cannes, porque te pueden ver y seguir. Honestamente no sabía cuáles eran mis expectativas, pero creo que pasaban por una cuestión de económica y de producción. Comparando, con "Bolivia" yo estaba más al tanto.
-En Argentina la crítica calificó a "Bolivia" como excelente, ¿no te da miedo que eso aparte al público, dado que en general la opinión de la crítica no es acompañada por los espectadores?
-Una crítica buena no te puede producir otra cosa que placer. En general el cine argentino viene siendo no acompañado y supo perder el caudal de espectadores que había sabido tener. "Bolivia", pensando desde lo que la película es, tiene una buena performance. No es un exitazo pero estamos contentos. Hasta ahora llevó 50 mil espectadores, una buena cifra para el cine argentino y muy buena para el costo que tuvo la película. Me considero un realizador al que le va muy bien de crítica y de gente más o menos. Esto tiene que ver con una tarea de aprendizaje y uno tiene que saber qué tipo de películas hace.
-¿"Un oso rojo" va por un camino diferente al de "Bolivia"?
-No sé. En este país, en estos tiempos difíciles, uno pierde los parámetros de lo que es la normalidad. "Un oso rojo" es una película más accesible, un poco lejos del hermetismo que puede tener "Bolivia".
-¿Por qué puede ser hermética "Bolivia"?
-Digo porque es una película en blanco y negro, y creo que no es lo que el público suele ver. Pero dentro de los códigos que maneja "Bolivia" yo estoy mucho más que contento con el resultado de la película. No mido los éxitos en cantidad sino en relación a lo que es cada película. Hay películas que invierten muchísimo y no llevan a casi nadie, y ese, por suerte, no es el caso de "Bolivia".
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