Año CXXXV
 Nº 49.490
Rosario,
domingo  26 de
mayo de 2002
Min 15º
Máx 22º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Crisis. El financiamiento entre empresas y los fideicomisos son las alternativas
¿Es posible reconstruir el crédito en Argentina?
Economistas y empresarios coinciden en que no habrá préstamos tradicionales al menos por dos años

Florencia O'Keeffe / La Capital

¿Cómo recomponer el crédito en un país que tiene su sistema financiero colapsado? ¿Existe algún camino para recuperar el financiamiento? ¿Dónde buscar fuentes de liquidez? Analistas, economistas y empresarios coinciden en que, al menos en los próximos dos años, los argentinos -tanto personas físicas como empresas- no tendrán acceso a las formas tradicionales de crédito. Las alternativas son pocas y algunas difíciles de implementar. Entre las opciones de financiamiento más viables aparecen la reconstrucción del préstamo entre empresas y/o la creación de fideicomisos que pueden ser "garantizados" por estructuras que operen por fuera del sistema financiero -como por ejemplo las AFJP- u organismos de crédito extranjeros. De todos modos, la clave para iniciar cualquier proceso de reconstrucción o desarrollar un camino alternativo, pasa por encontrarle una solución al corralito.
El tema, tan sensible y medular para el funcionamiento de la actividad económica en el país, fue abordado el martes pasado en el Precoloquio de Idea que se realizó en la Bolsa de Comercio de Rosario.
El ex secretario de Financiamiento del gobierno de Fernando de la Rúa y actual presidente del Banco Hipotecario SA, Miguel Kiguel, un economista ligado a Carlos Menem, plantea la actual situación con crudeza: "Hasta que las reglas de juego no estén claras y no se recupere la confianza será muy difícil que la gente vuelva a llevar la plata a los bancos o que vuelva a apostar a cualquier instrumento financiero que exista". Y a renglón seguido justificó la desconfianza: "El que en su momento depositó sus ahorros en los bancos los tiene acorralados, el que compró títulos públicos los tiene en default, el que apostó a los fondos de inversión también perdió, en el corto plazo ¿quién va a ahorrar?".
Para que la gente vuelva a creer en el sistema y se recomponga primero el ahorro y luego el crédito, el funcionario menciona que primero deben recuperarse la liquidez y la solvencia, y una vez terminado ese proceso -que no será ni corto ni fácil-, avanzar en los mecanismos que garanticen la seguridad jurídica.
En ese sentido, Kiguel dice que en estos momentos, tanto a nivel del Poder Ejecutivo como a nivel legislativo, "no existe una visión que avance hacia una solución equitativa que, básicamente, respete los derechos de propiedad" y agrega: "El tema del corralito es central, es necesario construir un plan viable y que los ahorristas sepan qué tienen y qué no tienen y que los bancos sepan dónde están parados. Con esta incertidumbre que venimos padeciendo desde fines del año pasado no vamos a ningún lado".

Los nuevos instrumentos
"Las pymes se quedaron hace tiempo sin acceso bancario y eso no se resolverá en el corto plazo", coincide Eduardo Urdapilleta, asesor de empresas de McKinsey and Company, al analizar el problema que atraviesa el grueso de las firmas medianas y pequeñas en el país.
Para el especialista, el camino más corto y seguro para estas firmas pasa por restablecer el crédito a partir de la relación con las empresas más grandes para las que la mayoría trabaja. "Las 3/4 partes de las pymes están vinculadas a las empresas más grandes", agrega. Claro que para recuperar el financiamiento entre empresas, primero son las grandes compañías las que tienen que resolver el problema del crédito.
También es real que tienen distintos caminos de los que tienen las pymes para acceder a fórmulas de financiamiento. Así, destacó Urdapilleta, existe "la posibilidad de construir fideicomisos con garantías del exterior o respaldados por fondos de pensión o compañías de seguro, o por la plata que esté fuera del sistema financiero".
Cabe destacar que este esquema suele ser costoso y además tiene una duración establecida, por lo que no es para todos.
Haciendo hincapié en que no existen "lamentablemente" antecedentes de una situación como la Argentina, donde se combinó default más corralito más pesificación más suba de precios, Urdapilleta ratificó que la Argentina tendrá bancos inactivos como dadores de crédito como mínimo por dos años más.

Las instituciones multilaterales
"Iniciar una reestructuración del sistema financiero en la Argentina es de lo más difícil", señaló Mario Brujis, miembro de la Corporación Financiera Internacional quien apuntó, al igual que los anteriores expositores, que no es posible pensar en una reconstitución del crédito bancario al menos por los próximos dos años. "Siendo optimista los plazos se pueden flexibilizar, siempre que comiencen a darse incentivos", agregó.
Para el especialista, el problema del corralito -cuya solución es fundamental para destrabar el funcionamiento del sistema- debe resolverse con un acuerdo entre los bancos y los acreedores, caso por caso, con el respaldo de un comité de supervisión y a través de un procedimiento de arbitraje "hasta que se hagan las reformas en el sistema judicial".
Una vez que se resuelva esta cuestión, y que además se llegue a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Brujis no descarta que puedan comenzar a llegar líneas de crédito desde el exterior.
"Estamos dispuestos a dar financiamiento, en principio al comercio exterior, a través de fideicomisos", siempre que se cumplan los requisitos anteriores, señaló el especialista quien remarcó que el sustento de este tipo de operaciones debe ser "un marco legal muy firme", como el que plantea la ley de quiebras.

La crisis vista desde la empresa
La crisis del sistema bancario tuvo su impacto en el ritmo y el nivel del financiamiento que normalmente ya existe entre las empresas. "Hoy se está movilizando la tercera parte del crédito entre empresas en relación a lo que se movía en octubre y noviembre", explica Alberto Grimoldi, presidente y gerente general de Grimoldi SA.
La correlación entre el colapso de los bancos y el achicamiento de los plazos de venta "nos está acercando al trueque", puntualiza el empresario, para quien la falta de una moneda propia (ante la devaluación del peso) es la madre de todos los males.
"La no existencia de una moneda redujo el nivel de crédito a una fracción", continúa Grimoldi, quien paralelamente propone adoptar en forma "urgente" otra moneda ya que "la gente decidió que el peso no es". En ese sentido nombró el dólar, al euro, el yen, "lo que la gente quiera". Para el empresario no existen demasiadas alternativas, "no existe solución financiera posible ni actividad comercial hasta tanto no se resuelva lo de la moneda", manifestó.

La responsabilidad política
"Las pymes se quedaron hace tiempo sin acceso bancario y eso no se resolverá en el corto plazo", coincide Eduardo Urdapilleta, asesor de empresas de McKinsey and Company, al analizar el problema que atraviesa el grueso de las firmas medianas y pequeñas en el país.
Para el especialista, el camino más corto y seguro para estas firmas pasa por restablecer el crédito a partir de la relación con las empresas más grandes para las que la mayoría trabaja. "Las 3/4 partes de las pymes están vinculadas a las empresas más grandes", agrega. Claro que para recuperar el financiamiento entre empresas, primero son las grandes compañías las que tienen que resolver el problema del crédito.
También es real que tienen distintos caminos de los que tienen las pymes para acceder a fórmulas de financiamiento. Así, destacó Urdapilleta, existe "la posibilidad de construir fideicomisos con garantías del exterior o respaldados por fondos de pensión o compañías de seguro, o por la plata que esté fuera del sistema financiero".
Cabe destacar que este esquema suele ser costoso y además tiene una duración establecida, por lo que no es para todos.
Haciendo hincapié en que no existen "lamentablemente" antecedentes de una situación como la Argentina, donde se combinó default más corralito más pesificación más suba de precios, Urdapilleta ratificó que la Argentina tendrá bancos inactivos como dadores de crédito como mínimo por dos años más.



Sin crédito este es un país muerto, dijeron en la Bolsa. (Foto: S. Suárez Meccia)
Ampliar Foto
Notas relacionadas
Miguel Kiguel: "Hay que avanzar en garantizar la seguridad jurídica"
Carlos Rodríguez: "Aunque tengamos la fórmula ideal, la solución es política"
Eduardo Urdapilleta: "Se pueden construir fideicomisos con garantías externas"
Alberto Grimoldi: "Es necesario volver a tener una moneda, esa es la clave"
Rodríguez, con la izquierda
Diario La Capital todos los derechos reservados