Año CXXXV
 Nº 49.490
Rosario,
domingo  26 de
mayo de 2002
Min 15º
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España: Caballos salvajes
En la primavera gallega se ofrece un show inspirado en el trabajo de campesinos y ganaderos

Las manadas de caballos salvajes en las montañas de Galicia son uno de los más sorprendentes testimonios de esta región. Uno de los espectáculos más genuinos inspirado en el trabajo de campesinos y ganaderos, que cuando llega la primavera instalan en los montes los gritos guerreros que obligan a los caballos a bajar a los valles. Esta liturgia se repite todos los años y es tan antigua y tan hermosa como Galicia y sus montañas.
Hace 2000 años, el romano Estrabón dijo de esta ceremonia ancestral: "Con cuernos y con gritos acosan a las bestias por los montes hasta acorralarlas. Unas las sacrifican para comerlas; otras las doman y les sirven de montura para luchas guerreras".
Los caballos que responden a los gritos son pequeños, cuadrados, anchos; los siglos los acostumbraron a sobrevivir en una comarca donde el invierno llega con copiosas nevadas. Allí sólo conviven con lobos aulladores.

Caballos al corral
Esta ceremonia comienza con "a baixa", que es la operación de acoso y acorralamiento; de madrugada los mozos suben al monte, dirigidos por el "bestilleiro", y van acorralando a los caballos, que en espectaculares galopadas los animales terminan entrando en el "curro".
Los "curros" suelen ser simples sitios empalizados, apenas cerrados con telas metálicas, donde hombres y animales pelean entre sí; los hombres para montarlas y dominarlas y las bestias alzándose soberbiamente, coceando y relinchando. Allí es donde los hombres marcan a fuego y cortan las crines de las reses, y donde las más jóvenes son liberadas.
También hay curros de mampostería, como el de Sabucedo, que se construyó adosado a la iglesia en el siglo XVIII, con sillares de piedras para los visitantes.
Galicia es una comunidad eminentemente agrícola que ha desarrollado numerosos circuitos de turismo rural, donde lo que más impacta al visitante es el estrecho contacto que proponen estos programas con la gente de campo y sus tradiciones.
Precisamente, las tradiciones y las leyendas son el origen de las fiestas populares gallegas, las romerías y las festividades religiosas y profanas, que llevan a los visitantes a tiempos muy lejanos.
En Galicia aún es posible sentarse a cielo abierto a hablar con los ancianos y participar de tareas rurales y ceremonias.
Para convivir con sus pobladores y alejarse de los alojamientos tradicionales, Galicia ofrece tres tipos de albergues: los pazos, o casas grandes; las casas de aldea y de labranza.
Los pazos fueron las residencias campestres de la nobleza de antaño. Mucho más numerosas son las casas de aldea, construcciones modestas, rústicas, donde el turista convive con sus anfitriones.
Las casas de labranza son en realidad explotaciones agrícolas, ganaderas y forestales, que brindan alojamiento más tradicional y donde el viajero puede participar de las labores rurales.
Este año el Curro de Mougás se realiza el 9 de junio, el de Valga el 12 y el de Morgadáns, el 16. El programa 2002 se completa con los curros de Capelada, Torroña y Pastoriza, que organizan este espectáculo para el 30 de junio. Para más información contactarse con la página de Internet: www.turgalicia.es, o con la Oficina Española de Turismo en Buenos Aires, teléfono (011) 4328-9608/9619.



Los caballos bajan del valle por los gritos guerreros.
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