Un avión Boeing 747-200 de la aerolínea taiwanesa China Airlines (CAL) que volaba entre la capital del país, Taipei, y Hong-Kong cayó ayer al mar al sudoeste del país, cerca de la isla de Penghu, en el estrecho de Taiwán, según confirmó la autoridad aeronáutica civil de la isla. El aparato había desaparecido del radar poco después del mediodía, por lo que fueron enviados seis aviones y doce barcos militares para las operaciones de rescate. Se teme que no haya sobrevivientes. En un comunicado oficial, China Airlines ha informado que de los 225 ocupantes del avión, 195 eran taiwaneses, tres procedían de Singapur y uno era ciudadano suizo, aunque todavía no se ha concretado la nacionalidad del resto de las víctimas, entre ellas tres bebés. Embarcaciones de la marina con poderosos reflectores se unieron a aviones y helicópteros militares en la búsqueda de sobrevivientes. Numerosas ambulancias estaban estacionadas en el puerto pesquero de Penghu, y se apilaron gran cantidad de bolsas amarillas vacías para amortajar a las víctimas fatales. Embarcaciones de rescate recuperaron seis cuerpos que flotaban cerca de la islas Penghu de Taiwán, también conocidas como Pescadores, y divisaron una puerta de la cabina, salvavidas y una mancha de combustible, dijeron las autoridades. Una portavoz del gabinete taiwanés rechazó informaciones de prensa de que se habían recuperado más de 100 cuerpos. Cadenas de televisión dijeron después que más de 100 cadáveres habían sido vistos desde un avión militar que participaba en la búsqueda. El jefe de los bomberos de Penghu dijo que no era optimista sobre el hallazgo de sobrevivientes. Autoridades de la aviación dijeron que el piloto no había enviado ninguna señal de preocupación antes de que el avión desapareciera de las pantallas de radar, unos 20 minutos después de despegar con buenas condiciones del tiempo, lo que ha provocado teorías sobre la posibilidad de una catástrofe súbita. Especulaciones sobre una explosión en el aire fueron resultadas por imágenes de los agricultores en el distrito costero de Changhua, a 75 kilómetros del lugar donde cayó el avión, sosteniendo fragmentos de espuma aislante y revistas de vuelo. Entre los objetos recuperados se encuentran tarjetas de visita y una fotografía. En un puesto de mando en Penghu, el ministro de Transporte y Comunicaciones de Taiwán, Lin Lin-san, dijo que los equipos de rescate habían tomado ventaja de las primeras horas tras la caída del avión, para tratar de hallar sobrevivientes. "La recuperación de los cuerpos es lenta porque ha caído la noche", dijo un portavoz del equipo de búsqueda, tarde de ayer. A bordo del avión se encontraba una familia de siete miembros, un ex legislador y dos periodistas del diario United Daily News. Familiares de los pasajeros viajaron a Penghu en aviones fletados, para ayudar a identificar a los cuerpos. El presidente de la aerolínea indicó que la ausencia de señales de auxilio indicaban que era improbable que la causa del accidente hubiera sido una falla mecánica. "Si hubiesen ocurrido problemas técnicos, el piloto habría tenido suficiente tiempo para contactar la torre de control aéreo", dijo Wei Hsin-hsiung. "No puedo especular sobre qué causó el desastre". El portavoz del gabinete taiwanés Chuang Suo-han dijo por su parte: "No sabremos si el avión estalló en pleno vuelo hasta que encontremos la caja negra". Al menos un testigo habló de un explosión. "Escuché una fuerte explosión", dijo a la televisión por cable ETTV un pescador identificado sólo como Lee. "Pensé que eran pescadores en tierra dinamitando pescado".(Reuters)
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