La modelo alemana Claudia Schiffer se casó ayer de forma estrictamente privada con el productor de cine británico Matthew Vaughn, en una boda que mantuvo alerta a numerosos periodistas frente a la residencia de Coldham Hall, ubicada en el este de Inglaterra. La decisión de la pareja, que dispone de un patrimonio de 72 millones de euros (unos 65,5 millones de dólares), de casarse sólo rodeada de sus amigos y familia fue elogiada por la prensa británica.
La residencia campestre de 400 años comprada hace algunas semanas por Schiffer y Vaughn, ambos de 31 años, estuvo rodeada por numerosos guardaespaldas que bloquearon la única entrada al lugar.
Solamente unos 50 invitados pudieron ver a los novios. Entre los que recibieron invitación estaban las estrellas Madonna y su esposo Guy Ritchie, Sting, Elton John, los actores Brad Pitt y Jennifer Aniston, el ex tenista Boris Becker -uno de los primeros en llegar-, la modelo Naomi Campbell y el modisto italiano Valentino.
El vestido de novia fue realizado por Valentino, con quien Schiffer trabaja desde muy joven. Se trató de un diseño clásico de seda color marfil al que Becker describió como "muy hermoso".
Por la noche, la supermodelo se escondió bajo frazadas y un paraguas al dirigirse a la iglesia, con el fin de impedir que alguien ajeno a la boda la fotografiara en su vestido de novia, lo que ocasionó el enojo y abucheos por parte de los curiosos, algunos de los cuales habían estado esperando a la novia durante horas.
Para esta gran ocasión, Schiffer se preparó en un hotel en Lavenham, en Suffolk, y a la noche salió rodeada de guardaespaldas hacia la parroquia de St. George's.
Frustrante
En cuanto a los alrededor de 200 curiosos que se dieron cita frente al hotel, el portavoz de Schiffer aclaró que no tenían que hacerse esperanzas, ya que ésta arribaría en un automóvil con vidrios polarizados e ingresaría a la parroquia por una entrada trasera, con lo cual ningún fan podría verla.
"Fue muy frustrante", dijo Cath Bathell, quien había hecho guardia frente al hotel de Lavenham durante horas, mientras que Janet Damant, de 57 años, se preguntó: "¿A quién tienen acaso que agradecer lo que son, sino a la opinión pública? ¿A quién se le ocurre esconderse bajo una manta el día de su casamiento?".
"Esto ni siquiera justifica el gran revuelo que genera en los periódicos", opinó Betty Pearson, una jubilada de 72 años, que había esperado a los novios frente a la parroquia.
Consultado respecto a por qué Schiffer hacía este atípico despliegue, el portavoz respondió: "Para ello sólo diré cinco palabras: este es un casamiento privado" y añadió: "Es el día más feliz de su vida. Lo puede pasar de la manera más íntima que quiera".
Al mediodía de ayer se había desvelado el lugar de la boda al constatarse cómo un cinturón de guardaespaldas rodeaba la entrada de la parroquia de St. George en Shimpling en el condado de Suffolk, en el este de Inglaterra.
Se trata de una idílica iglesia del siglo XIV a sólo ocho kilómetros de la residencia de Coldham Hall, donde se habría de celebrar la fiesta posterior a la boda. Los asistentes habrán podido disfrutar, entre otros manjares, de huevos de gaviota y una tarta alemana de varios pisos, mientras para la fiesta se anunciaron éxitos de los años 80 como el tema "99 Luftballons" de la alemana Nena. Para hoy, domingo, está previsto un partido de fútbol para los invitados que tengan menos resaca. (DPA)