Cipolletti.- Tres mujeres fueron asesinadas y otra resultó herida cuando un hombre las apuñaló y luego las quemó con ácido antenoche en un laboratorio de análisis clínicos ubicado en pleno centro de esta ciudad rionegrina.
El asesino huyó del lugar en bicicleta y era intensamente buscado por la policía a partir de la descripción de la hija de la mujer herida, quien se lo cruzó en la puerta del laboratorio e incluso habló con él.
Fuentes de la investigación confirmaron que las tres mujeres muertas presentan decenas de puñaladas, y añadieron que un hombre fue demorado, a pesar de que su fisonomía no coincide con la descripción del hombre buscado.
Las víctimas fueron identificadas como Alejandra Carbajal, de 40 años -paciente del laboratorio-; Mónica García, de 28, bioquímica, y Carmen Marcoveccio, de 30, psicóloga.
En tanto, sufrió heridas graves, aunque está fuera de peligro, la paciente Ketty de Bilbao de 70 años, quien permanecía internada en una sala de terapia intensiva en un centro de salud de Cipolletti.
Sin móvil aparente
Fuentes policiales informaron que el suceso, que no tuvo como móvil el robo, ocurrió antenoche a las 20.15 en el laboratorio de análisis clínicos Lacyb, ubicado en 25 de Mayo y Roca, de Cipolletti, en pleno centro de la ciudad.
Por lo que se ha podido reconstruir hasta el momento, a esa hora llegó en bicicleta al laboratorio un hombre joven vestido con un jean y un buzo. En el interior del edificio sólo había dos pacientes y dos profesionales.
Utilizando un cuchillo -que no fue hallado- el homicida apuñaló reiteradamente a las mujeres y luego, tomando una botella de ácido acético, las roció provocándole quemaduras en el rostro.
La paciente Alejandra Carbajal murió en el acto porque fue prácticamente degollada y su cuerpo quedó tendido en el jardín del laboratorio.
Mónica García, la bioquímica, sufrió cuatro puñaladas y quemaduras en el rostro y murió varias horas después del ataque, en el hospital de esta ciudad. La psicóloga Carmen Marcoveccio, en tanto, murió debido a una decena de puñaladas.
Otra paciente, Ketty de Bilbao, salvó su vida aunque recibió dos puñaladas y lesiones en su rostro por el ácido, al entrar al lugar para pedir un turno cuando ya el asesino se retiraba del lugar.
El hombre cerró la puerta con llave y salió a la calle, donde se cruzó con la hija de la mujer herida, a quien le llamó la atención la demora de su madre. "No sé, entrá y fijate", le dijo el homicida cuando Beatriz Bilbao le preguntó si estaban atendiendo.
La mujer lo describió como un hombre joven de unos 20 años, que llevaba una botella. El recipiente contenía el ácido que poco antes el asesino había utilizado para rociar a las víctimas.
Algunos testigos confirmaron que el joven se cayó cuando circulaba en bicicleta por la calle Mengelle, a unas cinco cuadras del laboratorio.
Con la intervención del juez de Instrucción Juan Torres se practicaron varios allanamientos, fueron demoradas cinco personas y solo una permanece detenida.
El intendente de Cipolletti, Julio Arriaga, declaró asueto en el municipio y junto a otros jefes comunales de ciudades del alto valle de Río Negro participó de una masiva marcha de pedido de justicia que se realizó en el centro de esta ciudad.
Arriaga y el jefe comunal de Neuquén, Horacio Quiroga, fueron insultados durante la concentración popular, y debieron retirarse de la Plaza San Martín, escenario del encuentro.
La Cámara de Comercio local convocó a los asociados a cerrar sus puertas para adherir a esta protesta y en señal de duelo por la muerte de las tres mujeres. (Télam)