| | cartas Pueda ser que logre un viaje feliz
| Quizás compartamos algunas cosas en común como tener un vehículo propio, poder viajar y poder irse, aunque sea algunos días a un reparador descanso a las sierras de Córdoba. Cada vez que tomamos la ruta nacional Nº 9, como así cualquier otra, abonamos el correspondiente peaje (otro impuesto más al tonto argentino), ya que no dan ningún servicio más que el cobro por la ventanilla cada vez que uno pasa por allí. Covicentro tomó la concesión de la ruta 9 para que en el término de algunos años tengamos por fin la tan anhelada autopista Rosario-Córdoba. Esto me hace acordar una pequeña anécdota protagonizada en la década del 60 cuando todavía era un niño. Habíamos realizado la travesía de ir a las sierras con mis padres. El vehículo utilizado en esa época nos permitió un promedio de 50 kilómetros por hora. Lo hermoso de viajar es que por suerte uno no se aburre ya que kilómetros antes de ingresar a la zona urbana de algún pueblo encontramos a la vera de la ruta improvisados puestos con dos uniformados que detienen a todo automovilista que ingresa a más de 60 kilómetros por hora. Se puede optar por pago voluntario en el mismo sitio o por un importe mayor que le llegará en su domicilio. También para que no falte nada, personal que cree tener suficiente autoridad para detener a los vehículos que circulan piden colaboración para bomberos, policía, hospitales. Amigo automovilista no lo olvide, como 40 años atrás, si conduce a 50 kilómetros por hora de promedio y observa muy bien los carteles indicadores de localidades (por no decir malditos pueblos fantasmas), puede ser que logre un viaje feliz. DNI 13.695.013
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