Año CXXXV
 Nº 49.489
Rosario,
sábado  25 de
mayo de 2002
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El músico se presenta hoy en la sala Lavardén
Emilio Del Guercio: "En arte y política, Argentina es más bizarra"
El ex bajista de Almendra aseguró que se identifica con el pasado pero valora las nuevas expresiones

U. G. Mauro / La Capital

"Este va a ser un concierto muy íntimo con piano y guitarra. Voy con el pianista que toca conmigo siempre, Claudio Méndez y vamos a centrar el recital en el desarrollo de canciones, algunas que sonarán conocidas y otras que son nuevas", explicó el guitarrista Emilio Del Guercio, quien hoy se presenta a las 21.30 en el teatro Lavardén, Sarmiento y Mendoza.
Del Guercio, un músico fundador del rock argentino por su participación en el histórico grupo Almendra y también en Aquelarre, destacó que su actuación se basará en un trabajo más interpretativa y autoral.
-¿Tus ausencias en disquerías y escenarios tienen que ver con una decisión tuya?
-Ofrecerme trabajos, grabaciones y actuaciones me siguen ofreciendo, pero (risas) soy yo el que se esconde un poco... En el espectáculo que llevo a Rosario voy con guitarra y piano porque quiero mostrar canciones desnudas, tal como las pensé. No importa si ahora (risas) no tengo la melena de los años 60; a esto lo hago para que la gente vea letras y melodías peladas.
-¿Por qué "te escondés un poco"?
-No sé. Supongo que elijo mucho los momentos en los cuales tocar. Lo hago cuando tengo ganas; no por necesidad profesional o por cumplir una obligación laboral sino por gusto o por necesidad de expresión artística. Muchas veces me llaman de diferentes lugares y muchas digo no. A veces, cuando tengo ganas, lo hago y toco, como en este caso.
-¿No tenés contrato con ningún sello?
-No. Por suerte es algo de lo que me liberé hace bastante y por eso mi presencia dentro del ambiente musical es un poco intermitente. Ya te digo; lo hago cuando tengo ganas, porque siempre fui fiel a la idea de que cada vez que me suba a un escenario a cantar sea porque lo siento realmente y no algo mecánico.
-Considerando que tu presencia es tan "intermitente" y que no se sabe mucho de tu producción actual, ¿de qué vivís?
-Compongo mucho y reconozco que soy un poco vago... En realidad, no es vagancia; tengo mucho material para grabar y no lo hago. Yo vivo de los derechos de autor, pero mis ingresos también provienen de un estudio de diseño que tengo.
-¿Cómo convivís con el hecho de pertenecer a un grupo de músicos pionero del rock nacional?
-Lo que voy a decir puede parecer falsamente modesto, pero es lo que siento. Yo no me doy cuenta demasiado de lo que hicimos; digamos que de vez en cuando soy consciente de nuestro laburo de esos años, pero no puedo serlo todo el día y todos los días. Valoro a Aquelarre y a Almendra; fueron una experiencia de vida muy grande que me marcó y enseñó muchas cosas que, inclusive, exceden al arte, pero no me veo caminando por la calle como un bronce del tipo "Ahí va el de Almendra". Y mejor así, porque eso debe ser una mochila muy pesada.
-¿Cómo es tu relación con los músicos más jóvenes?
-Con la gente del rock charlo muy a menudo, principalmente con las bandas que quieren ser independientes. Aquelarre fue una banda con producción independiente y por ahí les puedo llegar a decir muchas cosas que pueden resultarles interesantes.
-En definitiva, ¿qué cosa te gratifica más en esa historia que viviste?
-El capital más valioso es ver que lo que pasó con mi música en la vida de la gente, algo que además representa el sentido más profundo que tiene la palabra cultura. Ver que lo que hiciste en tu casa se mete en la vida de otra persona y la transforma y acompaña, te gratifica mucho.
-Desde tu experiencia, ¿qué valor les das a las expresiones actuales del rock?
-Al rock le pasa lo mismo que a muchas otras actividades en el país y creo que las cosas no evolucionan avanzando sobre una línea recta y directamente hacia adelante. Hay cosas muy buenas y otras que no lo son. En la música percibo los mismos síntomas que en la sociedad; es decir, este es un país con una capacidad creativa inmensa, pero nos falta ser consecuentes y trabajar para lograr nuestra identidad, nuestro propio lenguaje. Toda influencia musical es buena, siempre que se pueda traducir a la aldea, al mundo real en el que uno vive. Eso para los artistas debe ser básico, pues hoy más que nunca la sociedad argentina necesita saber quién es.
-¿Cómo se determina eso?
-Los que construyen ese "quiénes somos" son la gente y los artistas que reciben la sensibilidad de la gente. Los artistas la devuelven, y la gente la toma o no. Después de eso debe venir el descubrir que eso es bueno y nuestra participación para respaldarlo y protegerlo.
-¿Cabe hacer comparaciones entre lo que hicieron músicos como ustedes y el presente?
-Hoy hay otro modo de expresar los sentimientos. Lo que puedo decir también es que veo que en el arte y en la política la Argentina se ha vuelto un poco más bizarra. Yo seguramente me identifico con la forma de expresarnos en los tiempos de Almendra o Aquelarre, pero no quiero caer en el error de que -por una cuestión de química personal- uno invalide otras maneras de expresarse.
-¿Sentís que traspasaste la barrera de los géneros musicales?
-Mi crecimiento fue a partir del rock, pero desde hace muchos años me siento un compositor argentino de música popular ya que también toco algunos temas con algún sonido folclórico o con un airecito tanguero. No me ato a que si no es con ritmo de rock no lo hago y escucho de todo.



Emilio Del Guercio fue fundador del rock argentino.
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