La decisión del francés Credit Agricole de desentenderse de sus controlados Bisel, Suquía y de Entre Ríos SA (Bersa), entidades que serán administradas por el Banco Nación hasta que se encuentre un interesado, generó ayer preocupación e incertidumbre en la región.
Las sucursales del Bisel y el Suquía ayer permanecieron cerradas y recién reabrirán mañana por decisión del Banco Central (BCRA), mientras que el Bersa operó normalmente.
Sin embargo, la salida que prometió la autoridad monetaria no dejó tranquilo a nadie y la decisión de los accionistas franceses desató la crítica de los gobernadores de las tres provincias donde las entidades tienen más fuerte presencia, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos.
Ayer el gobernador Carlos Reutemann apuntó de lleno al Credit Agricole y se quejó por su "falta de responsabilidad" respecto de sus inversiones en la Argentina.
El fideicomiso que decidió conformar el Central para darle una solución a los problemas de iliquidez de estos bancos, y que administrará el Banco Nación, se extenderá como mínimo por sesenta días, aunque algunos directivos de los bancos suspendidos no descartan que se prolongue por 120 días.
En ese período, la entidad oficial que actuará como fiduciario tendrá la tarea de buscar una oferta potable para el futuro de las entidades.
A falta de entidades de peso que estén dispuestas a quedarse con el Bisel, autoridades políticas, empresarias y trabajadores ya pusieron manos a la obra junto a las cooperativas de base que lo fundaron para elaborar una propuesta que conforme a los directivos del Banco Central y permita la continuidad de la entidad.
Un primer acercamiento de esta propuesta ante el BCRA la hicieron directivos del Banco Municipal junto a cooperativistas del Bisel el domingo por la tarde, cuando fueron recibidos por el vicepresidente Aldo Pignanelli.
Las últimas cifras indican que el Bisel tiene activos por 1.961 millones de pesos y pasivos por 1.506 millones. A partir de estos números una de las hipótesis pasaría por pedir unos 500 millones pesos de redescuentos al BCRA y se ofrecerían a modo de garantía las acreencias que tiene el banco con el sector público, que totalizan 666 millones (ver página 7).
Los accionistas minoritarios llegado el caso también estarían dispuestos a ceder parte de su participación accionaria al Banco Nación, para garantizar la continuidad de las operaciones del Bisel.
Aunque la city porteña reflejó la tensión de empleados bancarios, clientes y ahorristas tras conocerse que un nuevo banco extranjero decidió no invertir más en el país, la tensión más alta se registró en las ciudades de Córdoba y Rosario, donde empleados y ahorristas se agolparon frente a las casas centrales del Bisel y el Suquía y en distintas sucursales para manifestar su bronca por la suspensión de las entidades (ver página 6).
Las dependencias de ambos bancos permanecieron con sus puertas cerradas, vigilancia policial y con carteles en sus puertas en los que se advertía: "Por disposición del Banco Central esta casa volverá a atender al público el miércoles 22 del corriente".
El enojo del gobernador
El gobernador Reutemann criticó ayer a los bancos extranjeros por su "falta de responsabilidad" en el manejo de las inversiones en la Argentina, porque "directamente cierran sus puertas y le dejan el problema al gobierno".
Reutemann expresó en una rueda de prensa su "enorme preocupación" por la situación de los bancos Bisel, Suquía y Bersa, pero consideró que la decisión del Central de otorgarle el control al Banco Nación demuestra "una voluntad firme de tratar de encontrarle una solución" al problema.
Por su parte, el gobernador entrerriano, Sergio Montiel, gestionó ante el titular del Banco Central, Mario Blejer, la continuidad del Banco Bersa y recibió como respuesta del funcionario que se va a prestar asistencia financiera.
"Desde el punto de vista técnico y bancario, el Bersa se encuentra en perfectas condiciones y con la asistencia del Banco Central, por lo tanto seguirá pagando los sueldos y las jubilaciones a los agentes públicos provinciales de acuerdo con los cronogramas previstos", dijo Montiel en un comunicado.
Por otra parte, el mandatario entrerriano instó a los ahorristas de su provincia a no retirar sus fondos de la entidad para no incrementar las dificultades.
Desde Córdoba, voceros de la administración de José Manuel de la Sota admitieron que la situación del Suquía y Bisel fue seguida en las últimas horas "con la misma preocupación que lo venimos haciendo desde la semana pasada".
El secretario general de la Asociación Bancaria, Juan José Zanola, sostuvo que hasta el momento no hay nada decidido en cuanto al destino de los 6.200 trabajadores de las tres entidades financieras.
De plata cash ni hablar
Los ahorristas de los bancos Suquía y Bisel no pudieron retirar los fondos permitidos a través de cajeros automáticos instalados en otros bancos, ya que una leyenda en el aparato les hacía saber que no era posible entregar dinero "por disposición de la entidad emisora" de la tarjeta respectiva.
Por su parte, el titular de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, precisó que ante el problema creado por el alejamiento del país del grupo financiero francés Credit Agrícole, la Argentina tendrá que plantearse la necesidad de rediseñar un sistema financiero donde no podrá estar ausente el Estado.
Frente a las distintas versiones sobre una posible estatización de la banca, una idea que resurge frente a la caída de una entidad bancaria, el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, negó ayer que el gobierno tenga "intenciones de nacionalizar la banca", aunque confirmó la decisión del BCRA de que el Banco Nación se haga cargo "en forma transitoria" de las entidades en problemas.
En tanto, los bancos extranjeros siguen de cerca la evolución del sistema financiero, y pese a lo que piensan la población y la dirigencia, afirman que las matrices están enviando dinero para fortalecer la liquidez de sus filiales en la Argentina, como lo han hecho con el BBVA Francés y el Sudameris.
En medio de la crisis del sistema financiero parece beneficiada la banca nacional, especialmente el Banco Nación, que recibió cerca de 200 millones de pesos en sólo 10 días.