Año CXXXV
 Nº 49.484
Rosario,
martes  21 de
mayo de 2002
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cartas
Zapatero a tus zapatos

En el Congreso nacional y en los congresos provinciales periódicamente ingresan diputados elegidos no por su partido en particular sino por grupos de dirigentes gremiales. Esto no es del todo malo en un país que desea llegar a una democracia efectiva. El caso es que el dirigente gremial se supone que ha comenzado como delegado de fábrica o de comercio hasta llegar a posiciones de privilegio, para luego ser nominados para cargos legislativos. Esta persona seguramente será muy ilustrada en temas gremiales y leyes laborales pero no en otros temas de gran importancia como obras públicas, caminos, diques, salud, agricultura y ganadería. Por este motivo es que deben acudir a colaboradores, secretarios y abogados o ingenieros para que los asesoren, dándose el caso de que las ideas de este último no sean correlativas con las del titular o tenga intereses con empresas o comercios. Lo ideal sería que los que quieran postularse deberían hacer algún curso de varios años o concurrir a escuelas donde aprendieran algunas nociones. Hay diputados que deben aprobar la construcción de un dique y jamás vieron ni un río ni una montaña. Que deben legislar sobre vías aéreas y jamás viajaron en avión. También deberían saber algo de economía y contabilidad para poder aprobar presupuestos sin tener que recurrir como lo hacen en la actualidad a terceros o empresas asesoras extranjeras. Creo que esa es una de las principales reformas del Estado. Que se cumpla aquel dicho que reza: "Si no sabés otra cosa, zapatero a tus zapatos".
Claudia Rodríguez


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