Año CXXXV
 Nº 49.484
Rosario,
martes  21 de
mayo de 2002
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Recordatorio a dos años de la muerte de la adolescente
Una carta ante la tumba de Natalia

Silvia Carafa / La Capital

Rufino.-El día desapacible y el silencio matizaron la congoja de los familiares y amigos de Natalia Fraticelli que, a las 14, visitaron la tumba de la adolescente. Ayer se cumplieron dos años de la muerte por la que Carlos Fraticelli y Graciela Dieser recibieron hace seis días una sentencia de prisión perpetua. Carmen Senger, una prima del ex juez penal de Rufino, llegó desde Neuquén para ir al cementerio. La mujer divulgó una carta pública que rubricó junto a Miguel Angel Fraticelli, hermano de Carlos, en la que fustigan el dictamen judicial. "El fallo es de una crueldad terrible, hubo ensañamiento con la familia", enfatizó.
A más de cien kilómetros de allí, en Melincué, los padres de Natalia pasaron el día en sus habitaciones de la alcaidía. "Estuvieron absortos en su dolor", dijo la cuñada de ambos a La Capital. Ella pasó el domingo pasado junto a sus primos. Sostuvo que el matrimonio Fraticelli está reconstituido y que ambos muestran las consecuencias del golpe que significó la condena. "Un golpe emocional, psicológico y moral, están con pocas fuerzas para la lucha, pero es momentáneo, se van a recuperar", vaticinó. "No me dieron ningún mandato, sólo me expresaron su dolor", apuntó Senger.
Senger reiteró que jamás dudó de la inocencia de los Fraticelli. "Tengo un hijo de 24 años que es discapacitado y por eso vi de entrada que hubo uso y abuso de la vulnerabilidad de Natalia por parte de quienes querían culpar a Carlos", disparó.
"Llegué para acompañar a Carlos y Graciela", dijo Senger, para quien el ex magistrado molestaba al sistema judicial. "Tenía pensamiento propio y trabajaba con independencia del poder político. En ocho meses sacó 44 causas en las que no negociaba, era incorruptible. No tenía connivencia con la ilegalidad ni se dejaba sobornar", sostuvo.
"No sabemos si aprovecharon la muerte de la chica en su propia casa para culpar a los padres, liberar la zona y sacarse a Fraticelli de encima, o si directamente el hecho tuvo conexión con la mafia o con actividades delictivas", esgrimió Senger. Esa hipótesis, rápidamente desechada por la Justicia, había sido esbozada en las horas inmediatamente posteriores a la muerte de Natalia.
Senger lamentó que no se hayan llevado hasta el final otras líneas de investigación. "No negamos que se investigue a la familia, pero también que se profundice si hubo suicidio, o si la casa era vulnerable, tal como lo demostró el perito Enrique Pruegger", explicó.
Para Senger la Justicia se quedó con una sola línea. "Culpar a los padres y ni hablemos del ocultamiento de pruebas". Para explicar esto último dijo que se "tiró" el cerebro de la menor, que no se circunscribió el área por la que circularon no menos de cien personas poco después del deceso, no se tuvo en cuenta una huella de escalamiento, no se fotografió el techo donde estaba abierta la puerta trampa y no se invitó a ningún familiar para acompañar el cuerpo a Rosario donde se realizó la autopsia.
A la lista agregó la discrepancia entre los peritos y un hecho que calificó como "irregular": la ambulancia que trasladaba el cadáver de Natalia a Rosario se detuvo en una estación de servicio y allí, subieron tres policías aduciendo que faltaban huellas dactilares. Además, apuntó que hubo acuerdo sobre la hora de la muerte, detalle que no es menor si se atiende a que la madre dijo que la chica estaba "calentita", cuando llegó el médico.
Otra anomalía, según la mujer, fue haber sometido a Graciela Dieser a coacción psicológica durante el interrogatorio policial y haberla grabado en video en forma clandestina. "Franco explicó que a la madre la arrestaron engañada porque no se presentó una orden de arresto", acotó.



Los familiares de Fraticelli visitaron el cementerio.
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